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JULIO CESAR GAMBINA (*)
BLOG del autor
1 de octubre 2013
(*)GAMBINA
JULIO CESAR – Doctorr en Ciencias Sociales (UBA) Profesor de Economía Política
en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Presidente de
la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, e Integrante del
Comité Directivo del consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO.
Miembro del Consejo Académico de ATTAC-Argentina y dirige el Centro de Estudios
Formación de la Federación Judicial Argentina.
Son
800.000 trabajadores estatales que sufren el chantaje del debate político del
bipartidismo gobernante en EEUU. El shutdown se traduce como “no hay recursos
públicos para atender ese gasto”. Es una negociación a saldar en las próximas
semanas y si no se resuelve, el ajuste se traslada al empleo público, con serio
impacto en el consumo popular y reflejo en la continuidad de la situación de
crisis económica. La medida supone unos 10.000 millones de dólares semanales en
ingresos salariales, casi 40.000 millones al mes, y que curioso, la Reserva
Federal, al mismo tiempo emite mensualmente más del doble, unos 85.000 millones
de dólares para sostener la política de salvataje al propio Estado capitalista
estadounidense, a los bancos y empresas en problemas. Es evidente que la crisis
mundial impacta seriamente en EEUU y afecta especialmente a sectores
vulnerables, entre ellos a los trabajadores estatales y sus familias. El fondo
de la cuestión es un déficit fiscal que asciende a los 1,5 billones de dólares
desde hace unos 4 años y sin horizonte de
disminuir. A eso debe sumarse un
estructural déficit comercial de casi 550 millones de dólares anuales. Entre
ambos guarismos definen la deuda pública más elevada del mundo, un 100% del PBI
de EEUU y que requiere acuerdo parlamentario para seguir creciendo. La crisis
en EEUU se sostiene con financiamiento de todo el mundo, para sufragar un gasto
que incluye esencialmente el financiamiento d
el gasto militar. Un gasto que
imponen las bases militares desplegadas en todo el planeta, junto a las
aventuras bélicas, actos de espionaje o invasiones a que nos tiene acostumbrada
la impunidad del poder estadounidense. El interrogante es la capacidad de
aguante del pueblo de EEUU ante la agresión del sistema político. En el mismo
sentido tenemos que interrogarnos sobre el límite que debe imponerle la
sociedad popular mundial al orden capitalista, a su potencia hegemónica y a las
complicidades globales que aseguran la impunidad de EEUU, sea en la ONU, en el
G20, o en cualquiera de los ámbitos de articulación de un poder global que
transfiere la crisis sobre los más pobres.
Buenos Aires, 1 de octubre de 2013
(Nota completa aquí en este blog)
Buenos Aires, 1 de octubre de 2013
(Nota completa aquí en este blog)
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