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ελληνικά 9 de diciembre de 2013
(*) THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es
un periodista y activista político francés, autor de investigaciones sobre la
extrema derech., Presidente
fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis
sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa.
Ante el
fallecimiento de Mandela, los occidentales están emitiendo más expresiones de
tristeza que los propios africanos. Su ruidoso duelo es una forma de tratar de
compensar hoy la práctica de la ideología colonial que tanto han defendido y
los crímenes a los que dio lugar. Pero resulta incomprensible que en medio de
esa gran ola de homenajes nadie mencione el hecho que aún subsiste en nuestros
días un Estado racista, históricamente basado –al igual que la Sudáfrica del
apartheid– en la visión del mundo de Cecil Rhodes, el teórico del «imperialismo
germánico». El ejemplo de Mandela sigue siendo válido y todavía existe lugar
para continuar su lucha.El 11 de abril de 1975, Jerusalén, residencia del
primer ministro de Israel. De izquierda a derecha aparecen Eschel Roodie,
director sudafricano de Propaganda;
Yitzhak Rabin, primer ministro de Israel;
Henrik van den Bergh, director de los servicios secretos sudafricanos, y Shimon
Peres, ministro de Defensa de Israel. La obra de Nelson Mandela se celebra en
todo el mundo, en ocasión de su deceso. Pero, ¿de qué sirve su ejemplo si
aceptamos hoy que se mantenga en un Estado –Israel– la ideología racial que
Mandela logró derrotar en Sudáfrica? El sionismo no es un fruto del judaísmo,
que durante mucho tiempo se opuso a esa ideología. El sionismo es un proyecto
imperialista nacido de la ideología puritana británica. En el siglo XVII, Lord
Cromwell derrocó la monarquía inglesa y proclamó la República. Instauró una
sociedad igualitaria y quiso extender al máximo el poderío de su país. Para lograrlo
esperaba establecer una alianza con la diáspora judía, que se convertiría
entonces en la vanguardia del imperialismo británico. Con ese objetivo autorizó
el regreso de los judíos a Inglaterra, de donde habían sido expulsados hacía
400 años, y anunció su intención de crear un Estado judío, Israel. Pero murió
sin haber logrado que los judíos se unieran a su proyecto. (…la nota completa)
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