TRIBUNALES PARA
SILENCIAR ACTIVISTAS
Escribe LAURA VILLADIEGO (*)
(Bangkok, Tailandia) 13 de
diciembre 2013
(*) LAURA VILLADIEGO. Es licenciada en Periodismo y en Ciencias Políticas. Después de
estudiar en París y trabajar en España y Bruselas, se radicó y vive en Phnom Penh (Camboya).
Corresponsal de varios medios en el Sudeste Asiático - Bruselas - Madrid -
Valladolid - Paris - Phnom Penh - Universidad Carlos III de Madrid – UNED.
Investigadora de la realidad social y
condiciones laborales de emigrantes.
UNO DE LOS ÚLTIMOS CASOS HA AFECTADO A UN ACADÉMICO
BRITÁNICO QUE INVESTIGA LA EXPLOTACIÓN LABORAL A TRABAJADORES INMIGRANTES “No grabes los logos o el nombre de ninguna
empresa si no quieres que te denuncien”, recomienda una investigadora
medioambiental durante la realización de un reportaje. No es un consejo
trivial. Los tribunales se han convertido en un medio eficaz en Tailandia para
silenciar a aquellos activistas, sindicalistas, medios o investigadores que
ponen su punto de mira sobre las consecuencias del rápido
desarrollo económico
del país asiático. Tailandia ha pasado, en poco más de 25 años, de ser un país
rural a convertirse en una de las principales economías exportadoras del mundo.
En 2012 el comercio con países extranjeros supuso hasta un 75 por ciento de su
PIB, según el Banco Mundial, y la industria tailandesa es ahora líder mundial
en sectores como las gambas, el atún, las frutas procesadas, los automóviles o
ciertos dispositivos electrónicos. Pero este veloz crecimiento económico no ha
estado exento de polémica. Numerosos informes, tanto de ONG’s como de organismos
internacionales como la Organización Internacional del Trabajo, han denunciado
la base sobre la que se ha construido buena parte de esa industria: la
explotación laboral y la contaminación medioambiental. Así, durante años se han
revelado las dantescas condiciones de los trabajadores migrantes, procedentes
de países vecinos más pobres, que sin papeles son sometidos a todo tipo de
abusos laborales fundamentalmente en la industria pesquera. Otros han puesto de
manifiesto el fuerte impacto ecológico de las actividades de las fábricas,
debido a la deficiente gestión de los residuos industriales en un país donde
las leyes medioambientales han empezado a desarrollarse hace apenas un lustro.
Suu Kyi lider de la oposición |
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