lunes, 2 de diciembre de 2013

DEPENDE DE JORNALEROS CON BAJOS SALARIOS DE HAITÍ, MÉXICO, GUATEMALA

  ESTADOS UNIDOS    
EL TRABAJO ESCLAVO 
OCULTO EN EL TOMATE

Escribe NAOMI WOLF (*)
 Fuente “Viento Sur” 24 de noviembre 2013

(*) NAOMI WOLF (California 1962) Es una escritora estadounidense y consultora política. Con la publicación de su obra The Beauty Myth (El mito de la belleza)se convirtió en una de las principales representantes de la que sería conocida como la tercera ola del feminismo.  Ha dicho que “La tesis de las 'manzanas podridas' de los medios ya no funciona. Estamos ante una corrupción sistémica en los bancos”

Es probable que la última hamburguesa que comió en un restaurante de comidas rápidas a usted no le ha costado prácticamente nada. Pero ¿cuánto le costó la rodaja de tomate que había en esa hamburguesa al trabajador que la hizo llegar hasta ahí? En casi todas partes del mundo –incluido EE.UU.– ese costo puede llegar
a ser escandalosamente alto. Los salarios pasmosos son sólo el comienzo. En Florida, los recolectores de tomate ganan un promedio de US$ 0,50 por cada balde de 14,5 kilogramos. Un trabajador que cosecha todo el día gana con suerte US$ 10.500 anuales quedando debajo de la línea de pobreza. Siguen luego las alarmantes violaciones a los derechos humanos. En México, las autoridades liberaron recientemente a casi 300 personas, entre éstas 39 adolescentes, que eran mantenidas “en condiciones similares a la esclavitud en un campamento donde se clasifican tomates y se los envasa para exportación”. Las autoridades federales estadounidenses definieron a los campos de tomates de Florida como “la zona cero de la esclavitud actual”. Los abusos a los que son sometidos allí los trabajadores agrícolas por los intereses de la agroindustria han sido graves y sistemáticos. Cabe
señalar aquí la Campaña para una Comida Justa –una lucha por mejores salarios y condiciones que los recolectores de tomate en Florida y sus aliados han librado y en gran medida ganado. Su esfuerzo no sólo pone en evidencia los obstáculos que enfrentan las organizaciones de trabajadores en una época de subcontratación y cadenas de alimentos globales, sino que también podría servir como modelo para los trabajadores de otros sectores. Durante muchos años, la industria del tomate en Florida dependió de trabajadores blancos y afro-estadounidenses pobres. Actualmente, depende de jornaleros con bajos salarios de Haití, México, Guatemala y otros países de América Central –un cambio que debe mucho a dos decenios de liberalización del comercio. Políticas como el Tratado de Libre-Comercio de América del Norte (TLCAN) permitieron a las multinacionales vender producción barata en México y otros países a precios más bajos que los agricultores locales y desalojar a millones de personas de sus tierras. En busca de empleo, muchos migraron a los EE.UU. donde, como trabajadores desprotegidos, fueron a trabajar para las mismas multinacionales. (Leer la nota completa)

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