Fuente “Rebelión” 24 de enero 2014
(*) VICENÇ NAVARRO (http://www.vnavarro.org/
) Catedrático de Economía en la Universidad de Barcelona. Actualmente es
Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra
(Barcelona, España). También profesor de Políticas Públicas en The Johns
Hopkins University Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales
patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins
University. Uno de los investigadores españoles más citados en la literatura
científica internacional en ciencias sociales
Algo
está ocurriendo de lo que no se habla mucho en los fórums mediáticos y
políticos del país, que está teniendo un enorme impacto en la calidad de vida
de nuestro presente y de nuestro futuro. Me estoy refiriendo al gran deterioro
del medio cultural en el cual está sumergida la infancia. Un indicador de ello,
entre otros, es el mundo mediático al cual están expuestos los niños. Y no me
refiero solo al número de horas que los infantes están frente al televisor u
otros medios visuales de entretenimiento, lo cual continúa siendo un problema
grave Me estoy refiriendo,
además del tiempo de
exposición, al marcado deterioro de los contenidos del producto mediático. El
deterioro en el contenido educativo de los programas televisivos o de los
videojuegos ha sido muy marcado, con un incremento muy notable de la promoción
del consumismo, del individualismo, de la violencia, del narcicismo, del
egocentrismo y del erotismo como instrumentos de manipulación. La evidencia de
que ello es así es abrumadora. Estos contenidos –que configuran muy
negativamente los valores de la sociedad- están muy extendidos en toda la
sociedad, incluidos los adultos. Pero lo que es todavía más preocupante es que
muchos de estos valores se presentan incluso con más intensidad en los
programas orientados a los infantes. Y la situación está empeorando. El grado
de exposición de los infantes a los videojuegos ha alcanzado un nivel que
sobrepasa con mucho el tiempo frente al televisor. La transmisión de los
valores citados anteriormente a través de estos videojuegos es masiva. Es el
equivalente al “fast food” (comida basura) en el mundo psicológico, cultural e
intelectual.
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