LA MAYOR HECATOMBE
DE LA INDUSTRIA NUCLEAR
Escriben
EDUARD RODRÍGUEZ FARRÉ
Y SALVADOR LÓPEZ ARNAL(*)
Fuente “Rebelión”
11 de marzo
2014
(*) SALVADOR LÓPEZ ARNAL
(Barcelona, 1954) es profesor-tutor de Matemáticas de la UNED y profesor de
informática de ciclos formativos en el IES Puig Castellar de Santa Coloma de
Gramenet Profesor de Física e Ingeniería Nuclear de la Universidad Politécnica
de Catalunya. Escritor, es coautor, junto a EDUARD RODRÍGUEZ FARRÉ, de “Casi
todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la
salud”.Periodista, Columnista de "Rebelión" y de otros portales
alternativos de la Red.
Eduard Rodríguez Farre |
Tres años después de la hecatombe se debe hablar de nuevo de
Fukushima. No es fácil. Ni la más que influyente corporación propietaria,
TEPCO, ni el gobierno japonés de derecha facilitan las cosas. Nos movemos, por
tanto, en una aproximación que intenta acercarse a la situación real. El
accidente se produjo el 11 de marzo de 2011. Un terremoto de grado 9 al que
siguió un tsunami destruyó los sistemas de seis reactores de la central de
Fukushima. Se calcula que las emisiones radiactivas alcanzaron el 40% de
Chernóbil. Se extendieron por el interior de la isla y por el mar. Además de
los seis reactores de la central número 1 se accidentaron los cuatro de Fukushima
2 y los cuatro también de Onagawa. “Ecologistas en acción” dijo que “Los
cálculos de probabilidades apuntaban “a un accidente grave en el mundo con
fusión del núcleo cada 200 años”. Han pasado muchos menos entre los últimos
siniestros. El de Fukushima, ha demostrado que “los fenómenos sísmicos y los
errores humanos
grandes recipientes con agua contaminada |
pueden echar por tierra los cómputos teóricos”.
Transcurridos
tres años la situación en Fukushima sigue siendo catastrófica, “a pesar del tiempo
transcurrido y de los medios tecnológicos y económicos de un país como Japón”,
la tercera economía del mundo, acaso el segundo o tercer país más avanzado
tecnológicamente del mundo. “La gestión en un primer momento fue muy deficiente
y siguen registrándose errores de peso. Está siendo necesario recurrir a
procedimientos totalmente nuevos para esta lucha desigual
contra la
radiactividad, lo que muestra lo lejos que estamos de controlar técnicamente la
energía nuclear. La generación de miles de toneladas de agua contaminada, y las
frecuentes fugas al mar han motivado que las aguas pesqueras y los ecosistemas
marinos se contaminen. Ha sido incluso necesario forrar de cemento el suelo
marino cerca de la central”. En Fukushima hay muchos motivos para no estar
tranquilos. En “50 razones para temernos lo peor de Fukushima” Harvey Wasserman(1)
-periodista, escritor, activista por la democracia y defensor de las energías
renovables, uno de los estrategas y organizadores del movimiento antinuclear en
Estados Unidos- recuerda algunas de ellas.
( ir al extenso y documentado informe en “Rebelión”)
( ir al extenso y documentado informe en “Rebelión”)
(1) NOTA
RELACIONADA:
Harvey
Wasserman - “50 RAZONES PARA TEMERNOS LO
PEOR DE FUKUSHIMA” http://cajaencrisis.blogspot.com/2014/02/no-ver-el-mal-y-no-pagar-el-dano-data_9.html
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