sábado, 1 de marzo de 2014

NO HAY FELICIDAD OBLIGATORIA, PERO LA LECTURA DEPARA FELICIDAD; CUANDO UN LIBRO NOS ATRAPA

LA CONSPIRACIÓN DE LEER

Escribe SERGIO RAMÍREZ (*)
 Fuente “La Jornada” de Mx.
 28 de febrero 2014

(*) SERGIO RAMIREZ – (1942 Nasatape Nicaragua) A los 18 años fundó la revista “Ventana” junto con Fernando Gordillo  En 1963 publicó su primer libro en 1964 se graduó en Leyes por la Universidad Nacional Autónoma de León. En Costa Rica fundo revista “Repertorio” Integro la lucha contra el dictador Somoza, desde el FSLN. En 1981, derrotada la dictadura, fue VicePresidente en el gobierno de Daniel Ortega. En el gobierno de Violeta Chamorro, fue legislador. Ha sido periodista, analista político internacional, autor de varios libros, eferente en la joven historia del continente.

La lectura es sensual. Se abre un libro para gozarlo. El primer deber de un libro de ficción es distraer, y aun las lágrimas que se vierten al leer sobre dolores y desventuras son parte de ese mismo gozo. Al tratar de iniciar a alguien en la lectura, lo peor es anteponer entre el lector y el libro algún aburrido propósito pedagógico.
 Un libro sólo es capaz de enseñar si primero gusta. Si no hace reír, si no conmueve, toda enseñanza, toda filosofía, se volverán inútiles, pues nadie llega a la última página de un libro fastidioso; y cuando se abandona la lectura al apenas empezar, es como si ese libro nunca hubiera sido escrito para quien llegó a tenerlo entre sus manos. Veamos al libro como una casa de muchas habitaciones, cada una con un decorado diferente. Uno puede asomarse a esas habitaciones a través de sus múltiples ventanas, o entrar a vivir en ellas. Al hablar de la enseñanza de la literatura, Jorge Luis Borges cita una frase del doctor Johnson, el sabio británico de las letras que vivió en el siglo XVIII: "La idea de la lectura obligatoria es una idea absurda: tanto valdría hablar de felicidad obligatoria".  

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