DISTOPÍA DE LOS TRABAJADORES
Fuente “Rebelión” http://www.rebelion.org/
20 de mayo 2014.
(*)
JOSÉ ANASTASIO URRA- (ESPAÑA) Profesor Titular
de Organización de Empresas en la Facultad de Economía de la Universidad de
Valencia Autor
de “Fracking: fractura geológica, fractura económica, fractura ecológica y
fractura social” y “Las mentiras de la crisis” Un libro atrevido, sincero,
con un toque autobiográfico, que nos muestra las preocupaciones populares en
torno a la actual crisis económica y otros problemas. Periodista. Publica en
varios medios
A finales del siglo XVIII, en 1776, se publicó la obra de
referencia de Adam Smith, conocida como “La Riqueza de las Naciones”. En los
albores del Capitalismo que conocemos, en su famoso y poco leído tratado, para
salvar la cuestión social dentro del libre mercado, Smith afirmaba que el
interés individual repercutía en último término en el interés social. Asumía
así que el interés individual era inocente, es decir, que el preocuparse de uno
mismo no lleva consigo hacer daño a los demás; al
contrario, pues se puede
tener interés en vender algo porque se obtiene beneficio de ello pero también
porque interesa que alguien se beneficie, pues de este modo ganan ambas partes
y la relación continúa. Aceptando esta máxima, puede decirse que algunos se
hacen empresarios para ganar dinero y al mismo tiempo ofrecer a la sociedad
productos y servicios que necesita, siendo mínimo el papel del estado.
Paradójicamente, en la instauración del Contrato Social, ¡la mano invisible del
mercado era en sí benevolente! Sin embargo, casi dos siglos y medio de
Capitalismo rampante después, en un mundo globalizado que se va configurando a
modo de gigantesco tablero de juego geoestratégico a medida que, como
civilización, nos vamos acercando cada vez más y más rápidamente a sus ya
próximos límites físicos inquebrantables, la realidad que hemos venido
construyendo desmiente tajantemente tales ideas del egoísmo benevolente y
cuestiona profundamente el Contrato Social de Rousseau, y una de las mejores
muestras de ello es el actual Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión
(TTIP, por sus siglas en inglés) que se negocia en este mismo momento entre
bastidores y de espaldas a la ciudadanía y a cualquier medio de supervisión y
control democráticos. El TTIP, también conocido como Acuerdo Trasatlántico de
Libre Comercio (TAFTA, por sus siglas en inglés), tiene su origen en la oscura
tradición de los acuerdos multilaterales para la progresiva liberalización del
comercio mundial que promueve la Organización Mundial del Comercio (OMC) La “carta
blanca” a las corporaciones transnacionales que cada vez más gobiernan el mundo
sin ambages. El inicio de las negociaciones del TTIP data de Febrero de 2013
ante el avance de las economías emergentes de los BRICS
(Brasil-Rusia-India-China-Sudáfrica), y las élites políticas y corporativas
tienen la intención de culminarlas a finales de 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario