jueves, 8 de mayo de 2014

PIKETTY MUESTRA EN SU LIBRO UNA TENDENCIA QUE LLEVARÍA A DESIGUALDADES CADA VEZ MAYORES.

DESIGUALDADES, EL TEMA CLAVE

Escribe BERNARDO KLIKSBERG (*) 
Columnista permanente en “Página 12” 
de Buenos Aires 6 de mayo 2014

(*) BERNARDO KLIKSBERG – (Argentina) Doctor en Economía. Pionero de la "Ética para el Desarrollo”. Es de los principales expertos a nivel mundial en lucha contra la pobreza. Autor de 50 libros y centenares de trabajos en áreas críticas del desarrollo, la Responsabilidad Social Empresarial, el capital social, la lucha contra la pobreza, El último libro “Primero la gente” es best seller internacional, con 19 ediciones, escrita con el premio Nobel de Economía Amartya Sen.

La obra de Tomas Piketty “El capital en el siglo XXI” ha tenido un gran impacto en el mundo desarrollado. En primer lugar, documenta la evolución de los ingresos en relación con el producto global de la economía en los últimos 300 años. Muestra que desde 1970 las desigualdades vienen subiendo hasta llegar a niveles previos al
siglo XX. La suposición de décadas previas, que surgía de trabajos como los de Kusnetz, de que con el crecimiento económico las desigualdades se estabilizarían y descenderían solas, fue errónea. Las tasas de retorno del capital han superado varias veces las de crecimiento. En Estados Unidos, en el 2012 el uno por ciento más rico captó el 22,5 por ciento del ingreso nacional. Es la cifra más alta desde 1928. El 10 por ciento más rico era poseedor de una cifra mayor que en 1913, tenía el 70 por ciento del producto total. En otros países ricos, estaban en marcha tendencias similares. En Francia la mayor participación del sector más rico en la “torta nacional” comienza a tener rasgos hereditarios. El valor anual de las herencias pasó del 5 por ciento del producto bruto en 1950 a un 15 por ciento en la actualidad. En segundo lugar, Piketty muestra que ésta sería una tendencia estructural que llevaría a desigualdades cada vez mayores. Las tasas de retorno en la propiedad y las inversiones son consistentemente más altas que las del crecimiento económico. En el siglo XX las dos guerras, la Depresión y los altos impuestos redujeron las tasas de retorno, mientras que el aumento de la población y de la productividad hicieron crecer los productos brutos. En este siglo aumentará el envejecimiento de la población y el crecimiento global se reducirá. (ir a la nota completa)

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