NO DEJA VER EL BOSQUE
Escribe FEDERICO FUENTES
(*)
Fuente: “Rebelión”.
Tradujo Carlos
Riba García.
5 de junio 2014
(*) FEDERICO
FUENTES, editor del blog de Rising Bolivia y colaborador habitual en la
política latinoamericana para Green Left Weekly en la que apareció por primera
una versión más breve de este artículo. En coautoría con Roger Burbach y Michael Fox, escribió
“Latin America’s Turbulent Transitions: The Future” of 21st Century Socialism
La reciente
avalancha de campañas de alto perfil contra proyectos de extracción de materias
primas ha abierto una importante y novedosa dinámica en los vastos procesos de
cambio que se dan en América del Sur. La comprensión de su naturaleza y
significación es decisiva para aprehender las complejidades inherentes al
cambio social y mejorar la construcción de solidaridad con las luchas
populares. Muchas de las campañas que apuntan específicamente hacia la minería,
la industria del petróleo, los agronegocios
o la tala de bosques tienen
aspectos que les son comunes. Han puesto en alerta a la población acerca de una
variedad de temas medioambientales como la escasez de agua potable, la
conservación de los bosques y el uso sostenible del suelo. La socióloga
argentina Maristella Svampa avanza en esta idea diciendo que la emergencia de
un nuevo modelo de dominación capitalista en América del Sur es el responsable
de este nuevo ciclo de protestas. Svampa dice que mientras que antes los movimientos
sociales luchaban contra gobiernos neoliberales seguidores del Consenso de
Washington, el problema de hoy son los gobiernos “neoextractivistas” que
adhieren al “Consenso de las Materias Primas” ( commodities ). Ella aclara que
la palabra “consenso” se refiere a un nuevo “orden político-ideológico” que se
sostiene por el espectacular crecimiento de los precios
de las materias primas
que ha llevado a una expansión de las industrias extractivas y producido
beneficios extraordinarios en términos de crecimiento económico y reservas
estatales de divisas. Sin embargo, Svampa señala que este “cambio en el modo de
la acumulación [capitalista]” ha producido nuevas formas de inequidad y
conflicto. El resultado es “un sesgo eco-territorial” en las luchas populares,
que ahora se centran en cuestiones como la tierra, el medio ambiente y los
modelos de desarrollo. El periodista uruguayo Raúl Zibechi sostiene que estas
campañas “señalan el nacimiento de un nuevo ciclo de luchas que darán vida a
nuevos movimientos anti sistema, quizá más radicalmente anticapitalistas en
tanto cuestionen cierto desarrollismo y hagan suyo el concepto del Buen Vivir*
como principio ético y punto de referencia de su acción política. Aunque la
terminología es diferente, es evidente el trasfondo popular de ambas
posiciones. En este contexto, Dangl concluye que los activistas de la
solidaridad no ignorarán este conflicto y en cambio se centrarán en la
promoción de esos “espacios de disenso y debate en los movimientos por el medio
ambiente protagonizados por indígenas y campesinos”. (…ir al artículo completo)
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