Escribe SILVIA
RIBEIRO (*)
columnista de “La Jornada”
de Méxiço-31 de mayo 2014
(*) SILVIA RIBEIRO – Escritora. Periodista. Militante
ambientalista. Directora para América Latina del Grupo ETC y trabaja en la
oficina de México... Ha sido periodista y coordinadora de campañas en temas
ambientales. Especialista en cambio climático: Detener el calentamiento con
manipulación del clima es un grave contrasentido. Escribe sobre biotecnología y
agro negocios. Impactos de los transgénicos; concentración corporativa,
propiedad intelectual, el papel de la ciencia y las nuevas tecnologías y los
peligros. Es grave e irresponsable el intento de FAO de legitimar los transgénicos
como solución al hambre y la crisis climática.
Las campesinas y
campesinos del mundo no solamente alimentan a la mayoría de la población.
Además lo hacen con menos de un cuarto de toda la tierra agrícola del planeta.
Si se retiran de la estadística mundial a China e India, el promedio global es
que proveen el alimento de más de 70 por ciento de la población mundial, con
sólo 17 por ciento de la tierra. Este dato, fundamental para demoler mitos
sobre hambre, productividad y control de la tierra, es producto de una rigurosa
investigación de varios años de la organización Grain. Su informe, Hambre de
tierra, está disponible en www.grain.org en inglés y próximamente en
castellano. Contrasta con los datos que citó hace un par de meses el director
de la FAO, José Graziano da Silva, que
aunque reconoce el aporte de los
campesinos a la alimentación, les atribuye un infladísimo 70 por ciento de la
tierra agrícola. Un dato de su equipo, que sobrepasa el ya engañoso 50 por
ciento que está en el sistema de estadísticas de FAO y que muchos hemos usado
erróneamente. El equipo de Grain revisó país por país donde hay datos oficiales
y académicos disponibles, integrándolos en una base de datos nacionales,
regionales y continentales, usando y contrastando también los datos de FAO. El
resultado muestra una realidad totalmente diferente de la que se ha difundido
mayoritariamente y que se convierte en una pieza esencial para la reflexión y
acción en el tema. La gran mayoría de los que producen alimentos son campesinas
y campesinos, pero tienen una absurda minoría de la tierra agrícola. Aún peor,
la tierra en manos de campesinos disminuye año con año, por avance de la
agricultura industrial, por urbanización salvaje, megaproyectos energéticos,
carreteros y otros que desplazan campesinos de sus tierras, les quitan el agua,
contaminan sus semillas y territorios.
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