sábado, 7 de junio de 2014

NUESTROS PRESUPUESTOS EQUIVOCADOS NOS PUEDEN DESTRUIR

¿QUÉ HEMOS HECHO NOSOTROS
PARA GESTAR LA CRISIS ACTUAL?

Escribe LEONARDO BOFF (*) 
 Fuente: 
6 de junio 2014

 Innegablemente estamos viviendo una crisis de los fundamentos que sustentan nuestra forma de habitar y organizar el planeta Tierra y de tratar los bienes y servicios de la naturaleza. En la perspectiva actual están totalmente equivocados, son peligrosos y amenazadores del sistema-vida y del sistema-Tierra. Tenemos que ir más lejos. Dos de los padres fundadores de nuestro modo de ver el mundo, René Descartes (1596-1650) y Francis Bacón (1561-1626) son sus principales formuladores. Veían la materia como algo totalmente pasivo e inerte. La mente existía exclusivamente en los seres humanos.  Basta un centímetro cúbico de materia, como le oí decir en 1967
en su último semestre de clases en la Universidad de Múnich a Werner Heisenberg, uno de los fundadores de la física de las partículas subatómicas, la mecánica cuántica, que si ese poco de materia fuese transformado en pura energía podría desestabilizar todo nuestro sistema solar. En 1924 Edwin Hubble (1889-1953) con su telescopio en el Monte Wilson en el sur de California, descubrió que no solamente existía nuestra galaxia, la Vía Láctea, sino cientos de ellas (hoy cien mil millones).  El universo está penetrado de un dinamismo autocreativo y autoorganizativo que estructura las galaxias, las estrellas y los planetas. De vez en cuando a partir de la Energía de Fondo se producen afloraciones de nuevas complejidades que hacen aparecer, por ejemplo, la vida y la vida consciente y humana. Inventamos el tiempo mecánico y siempre igual de los relojes. El dirige la vida y todo el proceso productivo, no tomando en cuenta los demás tiempos. Somete el tiempo de la naturaleza al tiempo tecnológico. Un árbol, por ejemplo, necesita 40 años para crecer y una moto sierra lo derriba en dos minutos. No cultivamos ningún respeto hacia los tiempos de cada cosa. Así no les damos tiempo de rehacerse de nuestras devastaciones: contaminamos los aires, envenenamos los suelos y quimicalizamos casi todos nuestros alimentos. La maquina vale más que el ser humano.

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