EL
KURDISTÁN Y EL CALIFATO
Escribe
THIERRY MEYSSAN (*)
Fuente: Red Voltaire-Damasco -
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Deutsch 7 de julio de 2014
(*) THIERRY
MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es un periodista y activista político
francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha así como sobre la
Iglesia Católica, entre otras. Escritor y analista internacional., Presidente fundador de la Red Voltaire y de
la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican
en la prensa árabe, latinoamericana y rusa.
Desde el momento de
la caída de Mosul escribí que la actual guerra en Irak no podía verse como una
acción del EIIL sino como una ofensiva combinada de los yihadistas y del
gobierno local kurdo tendiente poner en aplicación el plan estadounidense de
rediseño del país. Fui el único en expresar ese juicio y esa
visión de las
cosas iba en contra de la corriente. Tres semanas más tarde, la justeza de ese
análisis se ha hecho evidente. El 20 de junio, Israel compraba al gobierno
local kurdo el petróleo robado en Kirkuk, ignorando el aviso internacional que
el gobierno federal iraquí había emitido al respecto. El tránsito del
petróleo fue facilitado por el EIIL –que controla el oleoducto utilizado– y por
Turquía, país que permitió el embarque del crudo en un tanquero en el puerto
turco de Ceyhan. El 25 de junio, los partidos políticos kurdos de Irak dejaban
de lado sus divergencias y formaban un gobierno local de unión. Hasta aquel
momento habían estado divididos
en dos grandes coaliciones, una coalición
proturca y proisraelí encabezada por el Partido Democrático del Kurdistán (PDK)
de los Barzani y otra proiraní y prosiria, dirigida por la Unión Patriótica del
Kurdistán (UPK) de los Talabani. La unión de ambas facciones no habría sido
posible sin un acuerdo previo entre Tel Aviv, Washington y Teherán. Mendi
Safadi, un político ruso que sirve de enlace entre Israel y los Contras que
operan en Siria, transmitía a Reuven Rivlin una carta del Partido Kurdo de
Izquierda en Siria felicitándolo por su designación por el parlamento israelí
como próximo presidente de Israel y exhortándolo a que respalde la creación de
un Kurdistán independiente, que
abarcaría parte de Irak y una porción de territorio sirio. Los días 26 y 27 de junio, el ministro británico de Relaciones Exteriores William Hague visitaba Bagdad y Erbil. Conforme a lo previsto, llamó al primer ministro iraquí Nuri al-Maliki a formar un gobierno inclusivo, aunque sabía que ese llamado no sería escuchado. La exhortación –puramente formal– fue recibida con sorna en la prensa londinense, que estima que el consejo de Hague llegaba «un poquito tarde». El jefe de la diplomacia británica conversó después con Masud Barzani sobre la futura independencia del Kurdistán. Como a menudo sucede, el paso de los británicos es un momento decisivo. El 29 de junio, el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu rompió el tabú en Tel Aviv al anunciar, en un discurso pronunciado en el Instituto de Estudios para la Seguridad Nacional, que Israel respalda la creación de un Estado kurdo independiente.
abarcaría parte de Irak y una porción de territorio sirio. Los días 26 y 27 de junio, el ministro británico de Relaciones Exteriores William Hague visitaba Bagdad y Erbil. Conforme a lo previsto, llamó al primer ministro iraquí Nuri al-Maliki a formar un gobierno inclusivo, aunque sabía que ese llamado no sería escuchado. La exhortación –puramente formal– fue recibida con sorna en la prensa londinense, que estima que el consejo de Hague llegaba «un poquito tarde». El jefe de la diplomacia británica conversó después con Masud Barzani sobre la futura independencia del Kurdistán. Como a menudo sucede, el paso de los británicos es un momento decisivo. El 29 de junio, el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu rompió el tabú en Tel Aviv al anunciar, en un discurso pronunciado en el Instituto de Estudios para la Seguridad Nacional, que Israel respalda la creación de un Estado kurdo independiente.
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