LA EXPLOSIÓN IMPARABLE
CULTOS EVANGÉLICOS:
MECANISMO DE CONTROL SOCIAL
Escribe
MARCELO COLUSSI (*)
Fuente ARGENPRESS.info
8 de agosto 2014
(*) MARCELO COLUSSI- (1985- Argentina- Mar
del Plata) Escritor. De profesión
Arquitecto. Es un conceptuado periodista de invesigación que publica en diversos medios de la prensa alternativa del continente. Se especializa en temáticas de vertiente sociológica, tanto en la prensa escrita,
como en muchas páginas Web y del periodismo on line.
Los
cultos evangélicos se han expandido por todos los países latinoamericanos con
una velocidad vertiginosa en estas últimas décadas. Ello es llamativo, dado que
aparecieron simultáneamente en todos estas sociedades con patrones comunes en
lo que, pareciera, se trata de un intento de detener los avances de una iglesia
católica preocupada por las injusticias sociales con su "opción
preferencial por los pobres" que levantó la Teología de la Liberación
luego del Concilio Vaticano II a inicios de la década de los 60 del pasado
siglo. Evidencian más un discurso
político-moralista que opera como control
social que un llamado espiritual. Ya en la década de los '60 del pasado siglo aparece mencionado como un mecanismo a
implementar en los Documentos de Santa Fe I y II, base ideológica de un
proyecto de derecha del poder estadounidense. Surge casi como una
contrapropuesta ante el avance de la Teología de la Liberación de la Iglesia
Católica y su compromiso social a través de la opción por los pobres.La
proliferación de los grupos evangélicos que ha tenido lugar en estas últimas
tres décadas llama la atención por varios motivos. Ante todo -asumiendo una
actitud de respeto hacia cualquier expresión religiosa, no importa cuál sea- lo
más importante a remarcar es que este movimiento, justamente, no constituye una
expresión religiosa.Toda esta corriente surgió -fríamente pensada como
estrategia de manejo y control social- para cumplir con un cometido no
espiritual. Es una forma de desconectar, neutralizar las preocupaciones
terrenales más concretas, y eventualmente las respuestas que se le puedan dar.
Poniendo el énfasis en una cuestionable espiritualidad casi enardecida y
apelando a una moralina simplificante, estas iniciativas se mueven hábilmente
llenando vacíos en los sectores más humildes y desprotegidos de las sociedades
más pobres. Es claro que actúan según un mapeo de potenciales zonas
conflictivas: aparecen y se desarrollan en los países y en las regiones más
pobres, donde menor presencia estatal se verifica, y donde es más altamente
probable que pueden darse reacciones a esas situaciones estructurales de
injusticia y postergación. Actúan, en ese sentido, como claras y sopesadas
estrategias contrainsurgentes. Paños de agua fría, mecanismos de contención,
colchones suavizadores, podría llamárseles. Así como también le son totalmente
funcionales a los planes geoestratégicos de la potencia del Norte que nos toma
como su virtual
"patio trasero". Para la política hemisférica de
Washington todo lo que sea contestatario, foco de rebeldía, una voz que se
levanta en contra de algo, etc., es potencialmente peligroso, pues podría poner
en tela de juicio el statu quo. Por ello, sin dudas, esos movimientos
presuntamente religiosos o espirituales terminan yendo más allá de ello para
pasar a ser movimientos políticos. Incluso, movimientos políticos con sustento
y respuestas económicas. Y lo más trágico del asunto: sin que quienes los
engrosan lo sepan ni lo sientan como tal. En otros términos, son instrumentos
para sectores de poder que no desean el más mínimo cambio. (…ir
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