TRES PUNTOS CLAVES, COMO EL MERCOSUR:
SUSTITUIRLO POR
ACUERDOS BILATERALES,
ES UN CLARO RUMBO NETAMENTE NEOLIBERAL.
ES UN CLARO RUMBO NETAMENTE NEOLIBERAL.
Escribe
EMIR SADER (*)
Fuente: BLOG del autor en
“Publico.es”
de España
7 de Septiembre 2014
(*) EMIR SADER (BRASIL 1943): Sociólogo y científico. Es
profesor Y Doctor de Ciencia Politica de la Universidad de São Paulo (USP) y de
la Universidad do Estado do Río de
Janeiro (Uerj), miembro de CLACSO
(Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales). Reseña las consecuencias del
modelo neoliberal que dejó a América Latina sumida en la precarización laboral
en su Blog que es “Carta Maior”
Después
de algunas semanas, Marina Silva lanzó su programa de candidata a la
presidencia de Brasil. Tres puntos se destacan por su relevancia: independencia
del Banco Central, disminuir la importancia del crudo pré-sal y la influencia
del Mercosur, sustituyéndolo por acuerdos bilaterales. Los tres puntos no
podrían ser
más significativos porque se chocan directamente con las
orientaciones de los gobiernos de Lula y de Dilma. Los tres, en su conjunto,
apuntan hacia un proyecto de orientación netamente neoliberal. La autonomía del
Banco Central es una de las tesis más pregonadas por el recetario neoliberal.
Repone el debilitamiento del Estado y el fortalecimiento de la centralidad del
mercado, porque se sabe que la mentada independencia es respecto del Gobierno.
En este caso, sobre un modelo de desarrollo económico indisolublemente
vinculado a la distribución del ingreso. Restar al gobierno el control de la
política monetaria y dejarla sometida a la influencia directa de los agentes
del mercado –en particular del sistema bancario privado– es desplazar la
capacidad de ese modelo de someter el equilibrio fiscal a las políticas
distributivas y someterse a la centralidad del ajuste fiscal, buscado por el
neoliberalismo. Restarle importancia al crudo pré-sal es tirar por la borda la
capacidad de Brasil para independizarse en términos de política energética, de
disponer de gran cantidad de recursos provenientes de la exportación y, además,
conforme a una decisión ya aprobada por el Congreso, dedicar el 7,5% de esos
recursos para la educación y el 2,5% para la salud. Sería una política suicida
también en términos de desarrollo tecnológico de Brasil, y no sería eficaz como
impulso económico, por las inmensas demandas que la exploración del pré-sal
requiere. Esas posiciones se complementan –y ganan su pleno sentido– cuando se
analiza qué puede querer decir bajar la importancia del Mercosur y desarrollar
acuerdos bilaterales. El Mercosur significa aquí la política de prioridad de
los acuerdos regionales respecto del Tratado de Libre Comercio con Estados
Unidos, pregonado por el Gobierno de Fernando Henrique Cardoso y bloqueado por
la victoria de Lula en 2002. Bajar la importancia del Mercosur entonces,
realmente, significaría bajar la importancia de toda la gama de instancias de
integración desarrolladas y creadas en los últimos años: Banco del Sur, Consejo
Sudamericano de Defensa, Unasur, Celac, así como los mismos Brics y sus
acuerdos recién establecidos, que incluyen el Banco de Desarrollo y el Fondo de
Reservas de apoyo a países con problemas de divisas. (…ir
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