CADA
UNO DE ESTOS POLÍTICOS,
HASTA LOS MÁS BUENOS, MIENTE ANTE
EL MUNDO AL SUBIR AL
PODIO,
Y TODO ESTE AGREDIDO MUNDO LO SABE
Escribe
DAVID BROOKS (*)
Corresponsal de “La Jornada”
de México en Estados Unidos
(Fuente: "La Jornada")
(Fuente: "La Jornada")
29
de septiembre 2014
(*)
DAVID BROOKS (Toronto, 1961), periodista y escritor canadiense-estadounidense
especializado en política. Escribe en el New York Times y en PBS. Corresponsal
de “La Jornada” de México en EE UU. Responsable de la página editorial del Wall
Street Journal, y del Weekly Standard . Autor entre otros de:”En el Paraíso Drive: ¿Cómo vivimos ahora” (2004), “Bobos in Paradise: La nueva clase
superior y cómo llegaron allí” (2000) y “El Animal Social” (2011), grandes
éxitos editoriales.
Cuando
se reunieron mandatarios, ejecutivos empresariales y ONG en Nueva York para
realizar la Cumbre sobre el Cambio Climático (tema abordado después por casi
todos los representantes de los 193 países de la Organización de Naciones
Unidas en la Asamblea General) la retórica fue maravillosa y
esperanzadora;
todos juraron, prometieron, hasta marcharon por solucionar la crisis ambiental
que amenaza acabar con la vida humana en este planeta. Pero ¿quiénes son los
encargados de las políticas que nos han llevado al borde del abismo? ¿Dónde han
estado estos mismos durante los 25 años que los científicos han sonado esta
alarma? ¿Se acaban de enterar? Ahora dicen que van a hacer algo para salvarnos
y programaron más reuniones para estudiar y debatir, con el objetivo de llegar
a un acuerdo mundial en París en 2015... Pero ¿por qué no hicieron algo
definitivo e inmediato aquí? Cada uno afirmó que ha hecho cosas nobles para enfrentar
la crisis ambiental en su país, y que están comprometidos para no ahogar al
mundo de sus hijos y nietos. Pero nadie asumió responsabilidad
personal ante la
crisis. I.F. Stone, el legendario periodista, gustaba decir a todo estudiante
de periodismo que para este oficio uno sólo necesita saber una cosa: los
gobiernos mienten. Cada uno de estos políticos, hasta los más buenos, mintió
ante el mundo al subir al podio, y todo mundo lo sabe. Uno llegó de un país que
acaba de tener un desastre ecológico minero sin precedente, gobierna sobre la
destrucción masiva de bosques, costas y aguas, y está por entregar el manejo de
un recurso natural a las empresas más contaminantes del mundo. Otro llegó de un
país que aún sufre por uno de los peores desastres ecológicos en su historia,
donde la radiactividad contamina una zona de su país, mientras envenena el
océano Pacífico. Otros vienen de lugares que han vendido sus bosques, aguas,
minerales y tierras a las empresas que han ocasionado el más rápido deterioro
ambiental en la historia. Los jefes del primer y tercer país que más aportan al
efecto invernadero ni se presentaron en la cumbre climática, mientras el líder
del segundo país más contaminador del mundo ofreció su usual retórica elegante
sin mencionar cómo festeja el auge de hidrocarburos –en gran medida por el
venenoso proceso de fracking– que él ha impulsado en su país. La lista incluye
a todos. Encargar la salvación del planeta a este elenco de líderes es como
entregarles a Charlotte, la marmota. Más aún, entre los compromisos adoptados en
la cumbre, los más elogiados fueron las iniciativas en que participaron los
responsables políticos y empresariales de la crisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario