“PERSECUCIÓN
POLÍTICA DEL ESTADO
A LOS ESTUDIANTES E INSTITUCIONES
QUE FORMAN EL NORMALISMO RURAL…”.
Escribe
SILVIA RIBEIRO (*)
columnista habitual
en
“La Jornada” de México -
18 de octubre 2014
(*) SILVIA RIBEIRO – Escritora. Periodista. Militante
ambientalista. Directora para América Latina del Grupo ETC y
trabaja en la oficina de México.. Ha sido periodista y coordinadora de campañas
en temas ambientales. Especialista en cambio climático. Escribe sobre
biotecnología y agro negocios. Impactos de los transgénicos; concentración
corporativa, propiedad intelectual, el papel de la ciencia y las nuevas
tecnologías y sus peligros. Ha dicho: “Es grave e irresponsable el intento de
FAO de legitimar los transgénicos como solución al hambre y la crisis
climática”.
Las atrocidades
contra los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Atyozinapa, que el 26 de
septiembre dejaron seis personas asesinadas, 20 heridos y 43 jóvenes
normalistas desaparecidos luego de haber sido detenidos por la policía que los
cazó salvajemente, aliada y/o parte de un cártel de narcotraficantes; se ha
convertido en un gigantesco espejo de la realidad en México. El dolor y la indignación recorren el país y
se expresan en múltiples manifestaciones y protestas. Siguen creciendo las
denuncias y solidaridades internacionales, inclusive cuestionamientos al
gobierno por parte de instituciones internacionales y hasta la demanda de
europarlamentarios de suspender la renovación de acuerdos comerciales con
México, por la violación de derechos humanos y la falta de garantías
individuales. Son muchos los temas que esta masacre sacó a la luz, evidenciados
a través de prensa y medios independientes. Entre ellos, la colusión de
diferentes niveles de gobierno y policía con narcotraficantes; la podredumbre y
complicidad por acción
u omisión de los partidos políticos, incluido el PRD,
partido al cual pertenecía el alcalde local que ordenó la masacre y al que aún
pertenece el gobernador estatal; el racismo y desprecio contra los jóvenes,
campesinos, indígenas; la impunidad con que actuaron los asesinos, seguros de
que este horrendo crimen no iba a tener trascendencia porque a nadie le
importarían los atyozinapos, como llamó despectivamente el alcalde de Iguala a
los hijos de campesinos que van a ese internado rural. Pero en lugar de
indiferencia, el horror que despertó el crimen contra los normalistas de
Atyozinapa parece haber rasgado irreparablemente el telón de encubrimientos, no
sólo sobre lo que realmente pasó en Iguala, sino también porque se entretejió
inevitablemente con muchas denuncias anteriores
que dan cuenta del sinnúmero de
atropellos que vive el México de abajo desde hace décadas. Delitos que incluyen
homicidios, ejecución, desaparición forzada, torturas y detenciones ilegales en
agravio de los estudiantes. Esta audiencia recogió testimonios de normalistas
de varios estados sobre la campaña de desprestigio y criminalización que contra
ellos realiza el duopolio televisivo, generando un clima de linchamiento y
justificación de la represión, situación que comparten con los actores de
muchas otras luchas sociales del país. Los
jurados de las diferentes audiencias anotaron que además de las agresiones,
existen en todas partes acciones colectivas y comunitarias de resistencia, de
creación y solidaridad, contra y pese a los ataques.
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