DESDE 2008, CUATRO BANCOS EN GRECIA
RECIBIERON 211
MIL MILLONES DEL
DINERO QUE LE PRESTA A ESE PAIS EL FMI
Escribe
SANDRA RUSSO (*)
Columnista habitual de “Pagina 12”
de Buenos Aires, Argentina
Sábado 10 de enero 2015
(*) SANDRA RUSSO (Argentina) Periodista en la prensa
escrita, radial y TV. Columnista en “Pagina 12” en temas económicos y
políticos, entre otros medios. Escritora. En su libros figura una biografía a
la presidente “La presidenta, historia
de una vida ”. (Ed Sudamericana) originada en cuatro entrevistas con la
Presidente (las únicas que concedió desde su llegada al Gobierno). El libro
lideró ranking de ventas varios meses.
Estaba leyendo varios artículos europeos sobre las
inminentes elecciones en Grecia, cuando pasó el atentado terrorista contra la
redacción de Charlie Hebdo. Quedé estupefacta, como millones de personas, y
luego estremecida por los detalles. El 25 de enero en Grecia habrá elecciones
anticipadas. Los indicadores
dejan poco
margen para que a los griegos les vaya peor que obedeciendo a rajatabla al
Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el FMI. El desempleo juvenil
asciende al 50 por ciento. Los salarios reales han perdido entre el 30 y el 40
por ciento de su poder adquisitivo bajo el peso de los ajustes. Tres de cada
cinco griegos se encuentran bajo la línea de pobreza. El sistema educativo y el
sanitario han sido desmantelados después de las privatizaciones. Desde 2008,
los cuatro principales bancos que operan en Grecia han succionado 211 mil millones
de euros de dinero público –el que Grecia le pide prestado al FMI– en garantías
y efectivo. Y sin embargo, durante 2014, en un gesto de la hipocresía el Banco Central Europeo no sólo evaluó
positivamente a esas entidades bancarias, sino que habló de “la recuperación
griega”. Los sondeos dan ganador a Syriza, el partido de Alexis
Tsipras. Con otros países europeos, hace peligrar el statu quo
que hoy hace de
Alemania el capataz de la UE. Lo que se veía hasta era muy claro: un chantaje
descarado de funcionarios de la troika, con la señora Merkel a la cabeza,
asegurando lo que Alexis Tsipras viene negando: si resulta ganador en las
elecciones griegas, no abandonará el euro. Más bien, todo lo contrario: Syriza no sólo no tiene la pretensión de
abandonar el euro, sino que tiene otra: que sea el Banco Europeo el que absorba
la quita de su deuda, que se propone renegociar, para que pueda ser pagada con
su propio crecimiento. Algo así como el “los muertos no pagan” de Néstor
Kirchner. Algo así como la necesidad de un nuevo New Deal para corregir el
desastre de las recetas neoliberales. Esto no lo sostienen
solamente Syriza y
Podemos. Hay un sector del funcionariado europeo que empieza a escuchar a
varios premios Nobel, al Papa, a académicos y a organizaciones políticas
emergentes que creen que es mejor detener ya la sangría, porque si continúa la
teología de la austeridad, cada vez habrá menos torta que repartir. La
inoculación del miedo al electorado griego no sólo estuvo a cargo del
funcionariado alemán y francés, sino que fue acríticamente esparcido por medios
de comunicación “serios” como Der Spiegel, que se hizo eco de “la inminente
salida de Grecia de la zona euro si Syriza gana
las elecciones”. Como contrapartida,
los esfuerzos de comunicación del partido griego –que ya tiene una década de
existencia, pero cuyo posicionamiento se fue fortaleciendo a medida que los
ciudadanos advertían que todo lo demás era mentira– eran insuficientes. No
había siquiera una pantalla partida entre Merkel diciendo “se irán del euro” y
Tsipras diciendo “no nos iremos nada”. Este es el eterno reproche a los medios
de comunicación, el que los periodistas de a pie no deberían tomar como un
reproche a sus personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario