jueves, 19 de febrero de 2015

EL SUJETO NACIONAL COMO ILUSIÓN ÓPTICA

AGONÍA DE LA ARTESANÍA MEXICANA ES TAMBIÉN 
SÍNTOMA DE UNA TRANSFORMACIÓN   DEL SUJETO NACIONAL. 
MENOS SABEMOS CÓMO CONTAR SU HISTORIA.

Escribe 
CLAUDIO LOMNITZ (*) 
Columnista habitual en 
“La Jornada” de México - 
Miércoles 18 de febrero 2015

(*) CLAUDIO LOMNITZ, (Santiago de Chile, 1957)  Antropólogo e historiador, es profesor titular de Antropología e Historia en la Universidad de Columbia, Nueva York. Periodista. Columnista en “La Jornada” de México, entre otros muchos medios del continente. Escritor. Autor de varios libros: “Evolución de una sociedad rural· “Las salidas del laberinto”. En “Idea de la muerte en México” es la primera historia social, cultural y política de la muerte en una nación que hizo de ella su símbolo tutelar.  


El pasado lunes apareció en este periódico una nota de Matilde Pérez anunciando que la producción artesanal mexicano ha sido desplazada por imitaciones chinas –juguetes, sombreros, cerámicas, guitarras– que invaden los corredores tradicionales de mercados artesanales en todo el país, y que se venden a una
fracción del precio de la artesanía tradicional. El texto menciona que la mayoría de los artesanos que quedan son mujeres mayores de 45 años. Cuando un idioma sólo tiene hablantes mayores de 45 años, decimos que se está muriendo. Lo mismo sucede con cualquier saber que se transmite de padres a hijos. La artesanía mexicana, que durante siglos fue un manantial inagotable de creatividad, está agonizando. Hay en este hecho muchas cuestiones que ameritan una reflexión colectiva y que merecen quizá alguna reacción de política pública.creando situaciones de desindustrialización en América Latina, al tiempo que favorece que la región se transforme en exportadora de materias primas –la soja, la minería, la pesca, etcétera. La política industrial china tiene un efecto desindustrializador en América Latina y está matando la artesanía mexicana. Pero me interesa discutir otro aspecto de la cuestión, que no tiene que ver con China en sí, sino con la globalización en

general. La agonía de la artesanía mexicana es también síntoma de una transformación profunda del sujeto nacional. Hoy no sabemos ni siquiera imaginar al sujeto nacional –imaginar al mexicano– ni mucho menos sabemos cómo contar su historia. La historia nacional –todas las historias nacionales– están haciendo agua. En el caso de México, la artesanía viene a cuento porque la Revolución Mexicana forjó una idea robusta de nacionalidad, fincada en la vitalidad de la cultura popular. ¿Por qué importó tanto la artesanía? A inicios del siglo XX, el nacionalismo era un proyecto que buscaba emancipar a México a partir de la acción redentora de la revolución, que se entendía como una segunda conquista y una segunda evangelización, orientada a

desencadenar el potencial creativo del país. Ese potencial no estaba de manifiesto en la actividad industrial, porque casi no la había. En vez, se constataba en dos terrenos privilegiados por los ideólogos de la revolución: primero, en la grandeza del México precolombino, y segundo en la alucinante creatividad popular, manifiesta justamente en la artesanía, y en la explosividad colorida de la fiesta.Hoy, esa artesanía está moribunda. ¿Significa eso que también el alma popular está por extinguirse? En parte, la respuesta tiene que ser afirmativa. El alma popular, tal como se entendía en la generación de un Diego
Rivera, está muriendo, junto con la artesanía. No quiero decir que se esté extinguiendo la creatividad de los mexicanos –habrá hoy día diseñadores muy creativos, ingenieros, inventores, científicos o artistas, tanto como antes hubo artesanos… Pero la creación industrial es producto de una división del trabajo compleja, que implica colaboraciones con colegas en lugares como Chicago, Dusseldorf, Seúl o Singapur. La creación industrial no está nunca en el control total del creador, como sí puede estar la producción artesanal. Por eso la creatividad en México hoy no es ya manifestación de un alma nacional, sino de un alma trasnacional.    

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