miércoles, 18 de febrero de 2015

LA MUTACIÓN DE UN CICLO EN AMÉRICA LATINA

CON PEPE MUJICA, EVO MORALES ES EL MÁS RECONOCIDO 
POR FUERA DE AMÉRICA LATINA POR SU PERFIL 
DE DIRIGENTE SOCIAL Y SU HONESTIDAD, 
MÁS QUE POR EL PESO GEOPOLÍTICO DE SU PAÍS.

Escribe 
FEDERICO LARSEN (*) 
Fuente “Nodal”
Publica “Rebelión”
Martes 17 de Febrero 2015

(*) FEDERICO LARSEN. Periodista y docente. Escritor. conductor de L’Ombelico del Mondo, en Radionauta FM de La Plata y periodista internacional de Miradas al Sur y Notas, y medios internacionales. De profesión arquitecto, ex director de obras y especialista en Planificación Urbana Regional. Tiene 33 años y vive en Argentina. Es miembro de Taringa! (plataforma social de origen argentino, de uso masivo en países de habla hispana).

El 2015 cierra un ciclo marcado por la renovación de las dirigencias progresistas en América Latina, y abre uno nuevo donde los equilibrios políticos parecen modificarse nuevamente a requerimiento de los nuevos mercados internacionales. El recambio -fraudulenta o no- de la derecha en Honduras, continuó con elecciones en Chile, Colombia, Brasil, Bolivia y Uruguay. La
tendencia parece marcada por cierto reflujo de las fuerzas populares y progresistas en favor de vertientes moderadas o inclusive de derecha. Un rumbo favorecido por un nuevo flujo de capitales hacia el continente y su injerencia en las nuevas relaciones de poder. El año electoral argentino se abrió del peor de los modos, con el escándalo por la inconsistente investigación del Fiscal Alberto Nisman. No deja de asombrar la evidente intervención de los servicios secretos extranjeros en todo el asunto, de EEUU e Israel principalmente. Si algo queda claro del panorama electoral argentino es que cualquiera de las tres principales opciones va a resultar un retroceso para la profundización de la integración latinoamericana. Así, la política exterior argentina podría transformarse, en el
mejor de los casos, en algo similar a las pretensiones anunciadas por Tabaré en Uruguay, que a todas luces buscará “otros socios” por fuera de América Latina para profundizar relaciones políticas y comerciales. Brasil se consolida como plataforma de entrada de los principales capitales del mundo a la región. La decisión de Rousseff, de abrir las puertas de su gobierno a economistas que bien recuerdan a los expertos neoliberales conocidos como los “Chicago Boys”, puede ser considerado como el reflejo de la decisión del gran capital transnacional de tratar a Brasil como la niña mimada de América Latina.  Venezuela es la otra cita importante del calendario electoral 2015 de cara a la configuración de nuevos equilibrios en América Latina. Bajo el jaque permanente de la desestabilización,

las sanciones, los ataques desde adentro y desde afuera, el gobierno bolivariano ha perdido cierto protagonismo en la actualidad de la región.  Junto con Venezuela, todo el ALBA se mantiene sin dar pasos agigantados como nos tenía acostumbrados en la primera década de este siglo. Bolivia es, quizás, el único gobierno revolucionario que se encuentra en fuerte avanzada, tanto en su proyecto político como en la actualización ideológica de su práxis. No quita esto que el ALBA, bloque que más ha avanzado en construir políticas sociales y económicas alternativas a las relaciones capitalistas y con el protagonismo popular como principal impulsor, se
atender los pueblos originarios...

mantiene como una alternativa sólida frente a un contexto quizás un poco más adverso. La posibilidad de creación de nuevos centros del poder económico mundial (representados principalmente por Rusia y China) y sus buenas relaciones con las economías del Cono Sur pueden ayudar al crecimiento de estas economías. Y ese es quizás el dato más relevante de esta nueva ronda electoral en Brasil, Uruguay y Argentina. En los dos primeros casos se vio derrotada la derecha que pretendía volver a alimentar el antiguo sistema económico de sumisión incondicional. Las opciones ganadoras, sin embargo, mantienen los rasgos de la acumulación capitalista tradicional, con un fuerte rasgo extractivista y tendencia a la flexibilización en lo laboral.    


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