miércoles, 18 de marzo de 2015

LA DEUDA ARGENTINA Y EL DEBATE INTERNACIONAL

EL PROBLEMA NO ES SOLO EL SUR DEL MUNDO.
ES EN LAS RELACIONES GLOBALES Y  EN LA ECONOMÍA MUNDIAL. 
ES EN LA BASE DE LA CONSTRUCCIÓN DEL ORDEN CAPITALISTA.

Escribe 
JULIO CESAR GAMBINA (*)
 Fuente: BLOG del autor 
Sabado 14 de marzo 2015

(*)GAMBINA JULIO CESAR – (Argentina) Doctor en Ciencias Sociales (UBA) Profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, e Integrante del Comité Directivo del consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO. Miembro del Consejo Académico de ATTAC-Argentina y dirige el Centro de Estudios Formación de la Federación Judicial Argentina.


Un nuevo episodio se presenta en la disputa entre los fondos buitres y el juez de Nueva York Thomas Griesa contra la Argentina. En este caso afecta al Banco Citi en la Argentina, a quien las autoridades argentinas podrían sancionar por las disposiciones del juez estadounidense, que no permite cancelar los pagos realizados por la Argentina sobre deudas con
legislación local. Si bien el Citibank apela la medida, el resultado final es incierto y son variados los afectados. El conflicto por la deuda soberana sobrepasa el caso argentino y a solicitud de la Argentina, las Naciones Unidas tomaron carta en el asunto y con voto mayoritario se discute desde septiembre pasado una resolución de carácter global sobre la deuda soberana. Esa Comisión está presidida por Bolivia, desde donde se encauzan una serie de iniciativas para definir una posición conjunta de los gobiernos de la región. Junto a esa iniciativa oficial liderada por el gobierno plurinacional de Bolivia, desde la Argentina surge la iniciativa de una convocatoria a una Conferencia Internacional que discuta la deuda pública en relación con la

soberanía popular sobre los bienes comunes y la dominación en el orden capitalista. El embrollo en el que se encuentra la Argentina es importante, más allá del debate sobre el des-endeudamiento y la aspiración gubernamental por captar nueva deuda en el mercado mundial, lo que incluye definir el stock de deuda que acusa el país. La deuda pública es un mecanismo esencial en la construcción del orden capitalista. Es una afirmación válida para cualquier época, como se demuestra en el origen del orden capitalista global y en la Argentina desde el empréstito de la inglesa Baring Brothers, que hipotecó a la Argentina por 80 años entre el Siglo XIX y comienzos del XX y más


contemporáneamente desde la ilegal, ilegitima, impagable y odiosa deuda asumida en tiempos de la dictadura genocida (1976-1983). Es cierto que existe una legislación desde septiembre pasado, que resuelve crear una comisión investigadora sobre la deuda asumida desde los tiempos dictatoriales hasta fines del 2014, pero como es ya costumbre el Congreso se encuentra en mora para cumplir con esa y otras investigaciones dispuestas por ley. El problema no solo afecta a la Argentina. Es tema de discusión en Grecia y en España. Los griegos se debaten ante el nuevo gobierno de Syriza, sobre qué hacer, y una posibilidad que emana del Parlamento es la de avanzar en una Auditoría de una gigantesca deuda pública asumida desde el inicio de la crisis en 2008 para el salvataje de la banca europea, comprometida por los impagos de la deuda. En España el debate se procesa ante el eventual acceso al gobierno del partido PODEMOS, rompiendo el bipartidismo emergente a la caída del franquismo. La discusión en Grecia o España, sobre qué hacer con la deuda, trasciende a los grupos políticos mencionados y se extiende a un complejo entramado social y político popular de la izquierda social y política. En rigor, el tema de la deuda es preocupación en variados países
de Europa, en Japón, con el mayor porcentual de deuda sobre su PBI y claramente en EEUU, la mayor deuda del mundo en términos absolutos, que compromete al 100% de su PBI. Durante muchos años hemos explicado el carácter condicionante de la deuda para afirmar la dependencia de los países en el sur del mundo. Incluso en los ochenta del siglo pasado desde Cuba, Fidel Castro promovió la formación de un Club de Deudores para enfrentar la estrategia del Club de Acreedores presidido por el FMI. Más allá de la campaña popular en ese sentido, los nuevos gobiernos surgidos de procesos constitucionales en Nuestramérica no asumieron el desafío y cada cual enfrentó el problema por su lado, con políticas nacionales, desestimando un accionar conjunto, integrado tal como promovía el movimiento popular en esos años.     

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