NECESITAMOS
CUIDAR DE TODO.
SIN ESO, LAS COSAS SE DETERIORAN Y PERECEN.
IRÍAMOS HACIA UN ESCENARIO DRAMÁTICO.
(*)LEONARDO
BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología
de la Liberación. en 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida
por el Cardenal Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La
Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de ética y filosofía en Brasil.
Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca,
Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín entre otras. Escribió más de 100
libros, traducidos a diversas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó
el premio Right Livelihood.
Generalmente el proceso
educativo de la sociedad y sus instituciones como la red de escuelas y de
universidades están siempre atrasadas en relación a los cambios que se
producen. Entre otros, los grandes cambios que están ocurriendo en la Tierra
son dos: la aparición de la comunicación global vía internet y redes sociales,
y la gran crisis ecológica que pone en peligro el sistema-vida y el
sistema-Tierra.
Eventualmente podemos desaparecer de la Tierra. Para impedir ese apocalipsis la
educación debe ser otra, distinta de la que ha dominado hasta ahora. No basta
el conocimiento. Necesitamos conciencia, una nueva mente y un nuevo corazón.
Necesitamos también una nueva práctica. Urge reinventarnos como humanos, en el
sentido de inaugurar una nueva forma de habitar el planeta con otro tipo de
civilización. Como decía muy bien Hannah Arendt: «podemos informarnos la vida
entera sin educarnos nunca». Hoy tenemos que reeducarnos. Otra tarea es
rescatar la dimensión de espiritualidad. Esta no debe ser identificada con la
religión. Subyace a la religión porque es anterior a ella. La espiritualidad es
una dimensión inherente al ser humano como la razón, la voluntad y la
sexualidad. Es el lado profundo, de donde surgen las cuestiones del sentido
terminal de la vida y del mundo. Lamentablemente estas cuestiones han sido
consideradas como algo privado y sin gran valor. Pero sin incorporarlas, la
vida pierde irradiación y alegría. Además hay un dato nuevo: los neurólogos
concluyeron que siempre que el ser humano aborda estas cuestiones del sentido,
de lo sagrado y de Dios, hay una aceleración sensible de las neuronas del
lóbulo frontal. Llamaron a esto «punto Dios» en el cerebro, una especie de
órgano interior por el cual captamos la Presencia de una Energía poderosa y
amorosa que liga y re-liga todas las cosas. Alimentar ese «punto Dios» nos hace
más solidarios, amorosos y cuidadosos. Él se opone al consumismo y al
materialismo de nuestra cultura. Todos, especialmente los que están en la
escuela, deben ser iniciados en esta espiritualidad, pues nos vuelve más
sensibles a los otros, más ligados a la madre Tierra, a la naturaleza y al
cuidado, valores sin los cuales no garantizaremos un futuro bueno para
nosotros. Inteligencia cordial y espiritualidad son las exigencias más urgentes
que nos plantea la amenazadora situación actual.
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