LIBERALISMO FUE LA IDEOLOGÍA DE LOS SECTORES
QUE VIVÍAN DEL
LIBRE COMERCIO.
LOS INTERESES DE LAS OLIGARQUÍAS TRADICIONALES,
DEL CONJUNTO DE LA DERECHA
LOS INTERESES DE LAS OLIGARQUÍAS TRADICIONALES,
DEL CONJUNTO DE LA DERECHA
Escribe
EMIR SADER (*)
Blog del autor en “Publico.es”
11 de abril 2015
(*) EMIR SADER (BRASIL 1943): Sociólogo y científico. Es
profesor Y Doctor de Ciencia Politica de la Universidad de São Paulo (USP) y de
la Universidad do Estado do Río de
Janeiro (Uerj), miembro de CLACSO
(Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales). Reseña las consecuencias del
modelo neoliberal que dejó a América Latina sumida en la precarización laboral
en su Blog que es “Carta Maior”
La izquierda occidental tuvo siempre un fuerte acento
eurocentrista. Las mismas definiciones de izquierda y de derecha en Europa se
han difundido por todo el mundo. La izquierda europea fue básicamente
socialista –o socialdemócrata– y comunista. Tenía como sus componentes esenciales
a sindicatos y a partidos políticos con
representación parlamentaria,
disputando elecciones, aliados entre sí. Como uno de sus componentes –que se
volvería un problema– el nacionalismo fue clasificado como una ideología de
derechas, por su modalidad chovinista en Europa. La responsabilidad atribuida a
los nacionalismos en las dos guerras mundiales consolidó esa clasificación. En
otros continentes, especialmente en América Latina, esa clasificación aparecía
como esquemática, mecánica. Ocurre que en Europa la ideología de la burguesía
ascendente fue el liberalismo, oponiéndose
a las trabas feudales para la libre
circulación del capital y de la mano de obra. El nacionalismo se ubicó a la
derecha del espectro político e ideológico, exaltando los valores nacionales de
cada país en oposición a los de los otros países y, mas recientemente,
oponiéndose a la unificación europea, porque debilita a los Estados nacionales.
Mientras que en la periferia del capitalismo, el nacionalismo y el liberalismo
tienen rasgos distintos, hasta opuestos a los que tienen en Europa. El
liberalismo fue la ideología de los sectores primarios-exportadores, que vivían
del libre comercio,
expresando los intereses de las oligarquías tradicionales,
del conjunto de la derecha. El nacionalismo, al contrario de Europa, siempre
tuvo un componente antiimperialista. La izquierda europea tuvo grandes
dificultades con el nacionalismo y el liberalismo en regiones como América
Latina. Como uno de los errores provenientes de la visión eurocéntrica, líderes
como Perón y Vargas llegaron a ser comparados por partidos comunistas de
América Latina con dirigentes fascistas europeos –como Hitler y Mussolini– por
su componente nacionalista y anti-liberal. A
la vez, varias fuerzas liberales latino-americanas fueron aceptadas en
la Internacional Socialista porque estarían defendiendo sistemas políticos
“democráticos” (en realidad, liberales) en contra de “dictaduras”, que serían
protagonizadas por líderes nacionalistas con sus carismas y su supuesta
ideología “populista” y autoritaria.
Procesos como las revoluciones mexicana,
cubana, sandinista, y liderazgos nacionalistas como los mencionados, fueron
difícilmente asimilables por la izquierda tradicional, por las improntas
eurocéntricas de ésta. Lo mismo ocurre, en cierta forma, con las
características de la izquierda latinoamericana del siglo XXI, con la cual la
izquierda tradicional europea tiene dificultades para comprender su carácter y
sus luchas. Esas mismas limitaciones afectan a la intelectualidad de izquierda
europea, que ha heredado el eurocentrismo y lo ha adaptado a sus visiones de
América Latina. Por
una parte están los intelectuales socialdemócratas que,
conforme esacorriente ha asumido el neoliberalismo, han perdido cualquier
posibilidad de comprender a América Latina y a la izquierda posneoliberal de
nuestra región. Pero hay también intelectuales libre tiradores o vinculados a
corrientes de ultra izquierda europea, que lanzan sus análisis críticos sobre
los gobiernos progresistas latinoamericanos, con gran desenvoltura, diciendo lo
que esos gobiernos harían de equivocado, lo que debieran hacer, lo que no
debieran hacer, etc. Hablan como si sus tesis hubieran sido confirmadas en
algún lugar, sin poder presentar ningún ejemplo concreto de que sus ideas hayan
cuajado y demostrado así que se adecuarían mejor a la realidad que los caminos
que esos gobiernos siguen.
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