NO HUBO MANDATO DE ONU PARA «PROTEGER POBLACIÓN».
FUE MASACRE DE OTAN CON LA MUERTE DE 160 000 LIBIOS,
DE LOS CUALES EL 75 POR CIENTO LO FORMABAN CIVILES
DE LOS CUALES EL 75 POR CIENTO LO FORMABAN CIVILES
Escribe
THIERRY MEYSSAN (*)
Fuente
RED VOLTAIRE | DAMASCO (SIRIA)
ITALIANO PORTUGUÊS فارسى
DEUTSCH FRANÇAIS
РУССКИЙ
Lunes 27 DE ABRIL DE 2015
(*) THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia)
es un periodista y activista político francés, autor de investigaciones sobre
la extrema derecha así como sobre la Iglesia Católica, entre otras. Escritor y
analista internacional., Presidente fundador de la Red Voltaire y de la
conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en
la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Es analista y consultante de varios
gobiernos. Conferencista internacional especializado en desarrollar análisis de
geopolítica.
La Unión Europea está equivocada en los atentados
islamistas en Europa y las oleadas de inmigrantes que llegan huyendo de las
guerras. Esos hechos no son secuelas de los conflictos que agitan el Medio
Oriente, sino un objetivo estratégico de Estados Unidos. Los dirigentes de la
Unión Europea están cada vez más ante situaciones
inesperadas. Como atentados perpetrados o preparados por
individuos que no pertenecen a grupos políticos identificados. Por otro lado, una gran
afluencia de migrantes a través del Mediterráneo y que miles mueren a las puertas de países europeos. Falta
análisis estratégico ante ambos factores que están siendo tomados a priori como
hechos aislados entre sí. Pero la fuente de ambos es la misma: resultan de la
inestabilidad política en el Levante y en África. La Unión Europea se ha privado
de los medios para comprender. Si las academias militares de la Unión Europea
hiciesen bien su trabajo durante los
últimos 15 años, habrían estudiado la
doctrina del «hermano mayor» estadounidense. Y tendrían que haber notado que,
desde hace años, el Pentágono publica
todo tipo de documentos sobre la «teoría del caos» del filósofo Leo Strauss. (1899-1973)
que fue especialista de la filosofía política. Con un pequeño grupo de alumnos
que, en su mayoría, trabajaron después para el Departamento de Defensa
estadounidense. De hecho, formaron una secta que inspiro la estrategia del Pentágono. Hace unos meses,
Andrew Marshall, un
saldo de las "oleadas de inmigrantes"... |
Consejo de la Unión Europea |
experto que debió jubilarse hace más de 25 años, aún le
pagan 10 millones de dólares al año para investigar ese tema. Mientras ninguna
academia militar de la Unión Europea se enteró de esa doctrina ni de sus consecuencias. Si los políticos de la Unión Europea hubiesen
viajado unpoco, no sólo a Irak, Libia, Siria, al Cuerno africano, a Nigeria y
Mali, sino también a Ucrania, habrían visto la aplicación de esa doctrina
estratégica. Pero se limitaron a visitar edificios de la “zona verde” de
Bagdad, algun estrado en Trípoli
o la plaza Maidan de Kiev. Ignoran lo que vive
las poblaciones y, que a pedido del «hermano mayor», cerraron embajadas, privándose
de ojos y oídos en el terreno. Peor aún, se unieron a la aplicación de
embargos, para que los hombres de negocios tampoco puedan ir a ver lo que
sucede en esos. Se desconoce cuantos son los muertos en el Mediterráneo. A
veces las olas depositan cuerpos en las playas, o los guardacostas abordan
embarcaciones llenas de cadáveres. El caos no es fortuito, es el objetivo. Al
contrario de lo que afirma el presidente Francois Hollande, el éxodo de libios
no es consecuencia de una «falta
de seguimiento» de la operación «Protector
Unificado» –que condujo al derrocamiento y asesinato de Kadhafi– sino el
resultado que se buscaba con aquella operación, en la que Francia hizo el papel
de líder. El caos no se instaló en Libia porque los «revolucionarios libios» no
hayan sabido ponerse de acuerdo entre sí después de la «caída» de Muammar
el-Kadhafi sino que ese era el objetivo estratégico de Estados Unidos. Y lo
alcanzaron. Nunca hubo una «revolución democrática» en Libia sino un movimiento
secesionista
Leo Strauss |
en la región de Cirenaica. Según las cifras de la Cruz RojaInternacional, hubo una masacre perpetrada por la OTAN que costó las vidas de
160 000 libios, de los cuales el 75% eran civiles. Recuerdo que, antes de
integrar el gobierno de la Yamahiriya Árabe Libia, se me solicitó ser testigo
en un encuentro en Trípoli, entre una delegación estadounidense y representantes libios. El jefe de la delegación
estadounidense explicó que el Pentágono
estaba dispuesto a salvarlos de la muerte, pero exigía que le entregaran al
Guía. Y agregó que cuando mataran a Kadhafi, la sociedad tribal libia no
lograría validar la autoridad de un nuevo líder antes de –como mínimo– una
generación, situación que sumiría Libia en un caos nunca visto anteriormente en
ese país. Desde entonces, he contado repetidamente aquel encuentro y predije
muchas veces lo que hoy está documentado.
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