jueves, 21 de mayo de 2015

“Pensamiento Crítico”: POR QUÉ APOYO A "PODEMOS"

ESTE DOMINGO HABRÁ ELECCIONES EN   ESPAÑA. 
QUE PUEDEN TENER UN GRAN IMPACTO 
EN  CALIDAD DE VIDA DE LA CIUDADANÍA, 
Y MUY EN ESPECIAL DE LAS CLASES POPULARES 

Escribe 
VICENÇ NAVARRO (*)
Fuente BLOG del autor 
en "Publico.es" de España 
20 de mayo 2015

(*) VICENÇ NAVARRO – Politologo. Escritor. Periodista. .Se licenció en Medicina y Cirugía en la Universidad de Barcelona en 1962. Estudió Economía Política en Suecia. Es experto en políticas públicas. Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España). También profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University. Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales de la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Es uno de los investigadores españoles más citados en la literatura económica.


Este domingo podría ser el inicio de un cambio profundo que la enormemente limitada democracia española necesita urgentemente. De ahí que el lector me permitirá que escriba una nota personal para
explicar por qué me siento en la necesidad de escribir este artículo y de explicitar mi apoyo a una formación política. Procedo de una familia republicana, represaliada por la dictadura, habiendo participado en la resistencia antifascista, primero dentro y, más tarde, fuera de España, cuando inicié mi exilio en 1962, que terminó al integrarme de nuevo en la vida académica de este país, tras trabajar en Suecia, Reino Unido y EEUU. Una de las impresiones más negativas que saqué cuando volví del exilio fue la percepción generalizada, promovida por el establishment político-mediático del país, de que el Estado español

había vivido una Transición, presentada como modélica, de una dictadura ultraderechista a una democracia que se consideraba homologable a cualquier otra democracia europea. Escribí un libro, “Bienestar insuficiente, democracia incompleta”. De lo que no se habla en nuestro país, en el que critiqué esta versión idealizada de la Transición, libro que originó una gran animosidad por parte de los diseñadores de la sabiduría convencional del país, reproducida en los grandes medios


de información y persuasión, principales promotores de la supuesta ejemplaridad de la Transición. Tal libro causó la pérdida de la amistad de algunos protagonistas de la Transición (que conocía del tiempo de la clandestinidad), que se sintieron molestos, lo cual lamenté profundamente. En realidad, mi crítica no era, en aquel momento, hacia cómo se había hecho la Transición, pues era probable que no hubiera habido otra manera de hacerla. Pero lo que criticaba era la definición que habían hecho de aquel proceso, presentándolo como

modélico, cuando era obvio que no lo había sido, puesto que era resultado de un proceso enormemente desequilibrado, en el que en un lado estaban las derechas, controlando todos los aparatos del Estado y los mayores medios de información, y en el otro lado las izquierdas, que habían liderado las fuerzas democráticas y que acababan de salir de la clandestinidad, o de la cárcel o de volver del exilio. Es imposible que el producto de dicho desequilibro fuera un proceso modélico, que determinara un producto ejemplar. En mi libro documenté las enormes limitaciones de la democracia española, y las grandes insuficiencias de su Estado del Bienestar, uno de los más
retrasados de Europa, todo ello resultado del enorme dominio de las derechas en el proceso de Transición. Ni que decir tiene que ocurrieron cambios sustanciales en la época democrática (estimulados primordialmente por las izquierdas gobernantes), sobre todo en las áreas sociales. Pero, sin minusvalorar su importancia, todos ellos tuvieron lugar dentro de un Estado controlado primordialmente por las derechas, que se abrió para integrar a la socialdemocracia española, afianzando un bipartidismo gracias a una ley electoral muy sesgada en contra de las izquierdas no gobernantes. El carácter escasamente democrático de este Estado bipartidista, altamente influenciado por intereses financieros y económicos, ha aparecido con plena claridad en el momento de mayor crisis financiera y económica que este país haya
visto desde hace cuarenta años, crisis que ha mostrado con toda crudeza los mayores defectos del sistema democrático resultado de la Transición inmodélica, muy bien definidos por el mayor movimiento pro democracia que España haya tenido en los últimos años. Me estoy refiriendo al movimiento 15-M. Sus eslóganes “no nos representan”, “lo llaman democracia pero no lo es” o “no hay pan para tanto chorizo” llegaron a ser altamente populares, y muy en especial entre las clases
populares. Saludé con gran alegría el surgimiento de dicho movimiento y me honra el haber colaborado activamente con él. La dureza de las políticas públicas de austeridad llevadas a cabo por el establishment político (y promovidas por el establishment mediático), instrumentalizado por los establishments financieros y económicos, era justificada bajo el argumento de que no había otras políticas alternativas posibles. Pero sí que había alternativas. Juan Torres (y su discípulo Alberto Garzón) y yo, escribimos el libro”Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España”, mostrando con datos que sí que había alternativas. 

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