domingo, 9 de agosto de 2015

AUTÉNTICOS AMIGOS DE LAS TRASNACIONALES

 AL ACORDARSE EL TEXTO SERA CONFIDENCIAL POR CINCO AÑOS
DESPUÉS DEL ACUERDO. LOS CONGRESOS   –DONDE SE REQUIERA–
SÓLO PODRÁN ACEPTAR O RECHAZAR TODO EL PAQUETE ENTERO.  

Escribe 
SILVIA RIBEIRO (*) 
Fuente: 
“La Jornada” de México 
Sabado 8 de agosto 2015

(*) SILVIA RIBEIRO – Escritora. Periodista. Militante ambientalista.Directora para América Latina del Grupo ETC y trabaja en la oficina de México.. Ha sido periodista y coordinadora de campañas en temas ambientales. Especialista en cambio climático. Escribe sobre biotecnología y agro negocios. Impactos de los transgénicos; concentración corporativa, propiedad intelectual, el papel de la ciencia y las nuevas tecnologías y sus peligros. Ha dicho: “Es grave e irresponsable el intento de FAO de legitimar los transgénicos como solución al hambre y la crisis climática”. 

El acuerdo de Comercio en Servicios que negocian en secreto gobiernos de 50 países, incluido México (TISA por sus siglas en
inglés), supera todo lo que se ha visto hasta el momento en materia de tratados internacionales en pos de dar beneficios irrestrictos a las empresas trasnacionales, contra los intereses y el bien público. El término servicios en este contexto abarca desde agua y alimentación, a salud, educación, investigación, comunicaciones, correos, transportes, telecomunicaciones, comercio electrónico, venta minorista y mayorista, servicios financieros y mucho más, incluso los mal llamados servicios ambientales

relacionados a bosques, sistemas hidrológicos y otras funciones de los ecosistemas.

¡Hasta los migrantes se incluyen en el tratado como supuestos proveedores de servicios! El sector servicios es además el mayor empleador de los países de ingresos altos y medios, son enormes los impactos contra derechos laborales y sindicales. Las negociaciones y textos que se discuten son secretas, pero Wikileaks
los ha filtrado desde 2014, la versión más reciente en julio 2015. (http://wikileaks.jornada.com.mx/ ) De lo contrario no conoceríamos lo que discuten desde 2012, pese a que si lo consiguen, tendrá consecuencias de amplio alcance en la vida de todos en los países participantes y mucho más allá, ya que el bloque negociador avizora imponer este mismo marco al resto de los países.
El TISA integra un paquete de varios tratados comerciales en negociación en los que un grupo de países, Estados Unidos a la
cabeza, busca afianzar el mercado de sus empresas y su esfera de poder comercial, financiero y político. Los más significativos son la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión y el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TTIP y TPP por sus siglas en inglés). El primero es entre Estados Unidos y Europa (llamado informalmente OTAN económica) y el segundo entre Estados Unidos y varios países del Pacífico. El más amplio temática y numéricamente es el TISA, en el

que actualmente participan 50 países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Europa, Australia, Japón, entre otros asiáticos, y varios latinoamericanos: Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Perú, Paraguay y Uruguay.

Juntos representan 68 por ciento del comercio en servicios a nivel global. Es notoria la exclusión de países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), aunque China pidió, infructuosamente, incorporarse al TISA. Es clara la intención de afirmar la competencia
económica con ese bloque y otros del Pacífico liderados por China. Estados Unidos y los iniciadores del TISA –que responden a la demanda de poderosísimos grupos trasnacionales financieros y cadenas de supermercados, entre otros– se llamaron a sí mismos auténticos buenos amigos de los servicios, en referencia irónica al grupo de negociación sobre liberalización de servicios dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC), al que consideran estacado, pese a que implica también severos impactos negativos para la mayoría de la gente.
La OMC no es más transparente o democrática, allí también los acuerdos se negocian en secreto, entre grupos de naciones autoelegidas, que finalmente van a un plenario de miembros
que poco pueden hacer para cambiar lo ya pactado previamente entre algunos. La diferencia con el TISA, además de contenidos, es que ni siquiera formalmente se proponen pasar por otra instancia fuera del club de los elegidos, antes de finalizar el acuerdo. El texto será confidencial por cinco años después de acordado y los Congresos de los países –donde esto se requiera– sólo podrán aceptar o rechazar el paquete entero, como caja negra.

Paradójicamente, el TISA exigirá total transparencia de parte de los
estados sobre sus compras públicas, servicios y normativas, y antes de concretarlas, estará obligado a consultarlas primero con las empresas. Obviamente, el TISA facilitará mayor privatización de servicios públicos, lo cual es de por sí devastador, porque sectores como salud, educación, agua, saneamiento, electricidad y muchos otros, no son mercados, sino necesidades básicas de la sociedadque deben ser cubiertas socialmente más allá de la situación geográfica o económica de los que las necesitan.  Otros elementos nuevos y claves del TISA son el llamado mantenimiento del status quo y cláusula de trinquete. Según esto, los países del TISA no podrán hacer en el futuro ninguna ley o normativa o cambiar cualquier política, que afecte lo acordado. 

No hay comentarios: