AL ACORDARSE EL TEXTO SERA CONFIDENCIAL
POR CINCO AÑOS
DESPUÉS DEL ACUERDO. LOS CONGRESOS –DONDE
SE REQUIERA–
SÓLO PODRÁN ACEPTAR O RECHAZAR TODO EL PAQUETE ENTERO.
Escribe
SILVIA RIBEIRO (*)
Fuente:
“La
Jornada” de México
Sabado 8 de agosto 2015
(*) SILVIA RIBEIRO
– Escritora. Periodista. Militante
ambientalista.Directora
para América Latina del Grupo ETC y trabaja en la oficina de México.. Ha sido
periodista y coordinadora de campañas en temas ambientales. Especialista en
cambio climático. Escribe sobre biotecnología y agro negocios. Impactos de los transgénicos;
concentración corporativa, propiedad intelectual, el papel de la ciencia y las
nuevas tecnologías y sus peligros. Ha dicho: “Es grave e irresponsable el intento de FAO de legitimar los
transgénicos como solución al hambre y la crisis climática”.
El acuerdo de Comercio en Servicios que
negocian en secreto gobiernos de 50 países, incluido México (TISA por sus
siglas en
inglés), supera todo lo que se ha visto hasta el momento en materia
de tratados internacionales en pos de dar beneficios irrestrictos a las
empresas trasnacionales, contra los intereses y el bien público. El término
servicios en este contexto abarca desde agua y alimentación, a salud,
educación, investigación, comunicaciones, correos, transportes,
telecomunicaciones, comercio electrónico, venta minorista y mayorista,
servicios financieros y mucho más, incluso los mal llamados servicios
ambientales
relacionados a bosques, sistemas hidrológicos y otras funciones de
los ecosistemas.
¡Hasta los migrantes se incluyen en el
tratado como supuestos proveedores de servicios! El sector servicios es además
el mayor empleador de los países de ingresos altos y medios, son enormes los
impactos contra derechos laborales y sindicales. Las negociaciones y textos que
se discuten son secretas, pero Wikileaks
los ha filtrado desde 2014, la versión
más reciente en julio 2015. (http://wikileaks.jornada.com.mx/ ) De lo contrario no
conoceríamos lo que discuten desde 2012, pese a que si lo consiguen, tendrá
consecuencias de amplio alcance en la vida de todos en los países participantes
y mucho más allá, ya que el bloque negociador avizora imponer este mismo marco
al resto de los países.
El TISA integra un paquete de varios tratados
comerciales en negociación en los que un grupo de países, Estados Unidos a la
cabeza, busca afianzar el mercado de sus empresas y su esfera de poder
comercial, financiero y político. Los más significativos son la Asociación Transatlántica
para el Comercio y la Inversión y el Acuerdo Estratégico Transpacífico de
Asociación Económica (TTIP y TPP por sus siglas en inglés). El primero es entre
Estados Unidos y Europa (llamado informalmente OTAN económica) y el segundo
entre Estados Unidos y varios países del Pacífico. El más amplio temática y
numéricamente es el TISA, en el
que actualmente participan 50 países, entre
ellos Estados Unidos, Canadá, Europa, Australia, Japón, entre otros asiáticos,
y varios latinoamericanos: Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Perú, Paraguay
y Uruguay.
Juntos representan 68 por ciento del comercio
en servicios a nivel global. Es notoria la exclusión de países del BRICS
(Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), aunque China pidió, infructuosamente,
incorporarse al TISA. Es clara la intención de afirmar la competencia
económica
con ese bloque y otros del Pacífico liderados por China. Estados Unidos y los
iniciadores del TISA –que responden a la demanda de poderosísimos grupos
trasnacionales financieros y cadenas de supermercados, entre otros– se llamaron
a sí mismos auténticos buenos amigos de los servicios, en referencia irónica al
grupo de negociación sobre liberalización de servicios dentro de la
Organización Mundial de Comercio (OMC), al que consideran estacado, pese a que
implica también severos impactos negativos para la mayoría de la gente.
La OMC no es más transparente o democrática,
allí también los acuerdos se negocian en secreto, entre grupos de naciones
autoelegidas, que finalmente van a un plenario de miembros
que poco pueden
hacer para cambiar lo ya pactado previamente entre algunos. La diferencia con
el TISA, además de contenidos, es que ni siquiera formalmente se proponen pasar
por otra instancia fuera del club de los elegidos, antes de finalizar el
acuerdo. El texto será confidencial por cinco años después de acordado y los
Congresos de los países –donde esto se requiera– sólo podrán aceptar o rechazar
el paquete entero, como caja negra.
Paradójicamente, el TISA exigirá total
transparencia de parte de los
estados sobre sus compras públicas, servicios y
normativas, y antes de concretarlas, estará obligado a consultarlas primero con
las empresas. Obviamente, el TISA facilitará mayor privatización de servicios
públicos, lo cual es de por sí devastador, porque sectores como salud,
educación, agua, saneamiento, electricidad y muchos otros, no son mercados,
sino necesidades básicas de la sociedadque deben ser cubiertas socialmente más
allá de la situación geográfica o económica de los que las necesitan. Otros elementos nuevos y claves del TISA son
el llamado mantenimiento del status quo y cláusula de trinquete. Según esto,
los países del TISA no podrán hacer en el futuro ninguna ley o normativa o
cambiar cualquier política, que afecte lo acordado.
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