UNA BOMBA ATÓMICA HA SIDO DETONADA CADA 12 DÍAS
EN 70 AÑOS. EN 528
PRUEBAS, MUCHAS EN LA ATMÓSFERA.
ALGUNAS DISEMINARON RADIOACTIVIDAD POR EL PLANETA
Escribe
ALEJANDRO NADAL (*)
Fuente “Sin Permiso”
Domingo 9 de agosto 2015
(*)ALEJANDRO NADAL es Doctor en Economía por la Universidad de París y
Profesor de Teoría Económica del Colegio de México. Miembro del Consejo Editor de Sin Permiso y
columnista permanente en “La Jornada” de México. Conferencista y Periodista que
publica en importantes medios de Europa y América. Trabaja en un libro sobre
macroeconomía. Sustenta que esta no es crisis económica, sino que es
estructural del sistema.
El 31 de mayo de 1945
fue un bonito día en Washington. Era un
día esplendido para discutir el empleo de las armas nucleares que Estados
Unidos estaba desarrollando. Ese día se llevó a cabo en las
oficinas del
Departamento de Guerra una importante reunión. El comité era un organismo ad
hoc, formado por el presidente Truman para determinar el mejor blanco para el
naciente arsenal nuclear estadunidense y definir el uso de la bomba atómica en
las relaciones con Rusia una vez concluida la guerra.
Todavía no se había detonado la primera bomba
en Nuevo México, pero ya nadie dudaba de su capacidad destructiva. Sin embargo,
alguien mencionó que un problema para el uso del nuevo artefacto era que no se
le podría distinguir de las campañas de bombardeo convencional que ya se habían
llevado a cabo. Pero Robert Oppenheimer señaló que el efecto visual de un bombardeo
atómico sería decisivo: el brillo luminoso se elevaría hasta 6 mil metros y no
dejaría duda en el enemigo sobre los terribles alcances del nuevo artefacto.
Oppenheimer fue muy claro: la bomba funcionaría y su impacto sería terrible. Acto
seguido, el secretario Stimson, en su calidad de
presidente del comité,
adelantó tres conclusiones sobre temas que ya se habían discutido: no habría
previo aviso para los japoneses, el uso de la bomba no se concentraría sobre un
área civil y, finalmente, debería dejar una fuerte impresión sobre el mayor
número de japoneses posible. Y aquí vino el momento decisivo de la reunión.
Entre los miembros del comité estaba el doctor James Conant, presidente de la
Universidad de Harvard. Conant ofreció una sugerencia.
En su opinión el blanco
más deseable sería “una planta industrial vital que empleara un elevado número
de trabajadores y rodeada de cerca por las habitaciones de trabajadores”. Stimson
estuvo de acuerdo con Conant, a pesar de haber señalado que no había que
usar
la bomba sobre áreas civiles. Parece que para los miembros del comité los
obreros no eran lo mismo que los civiles.
La meteorología decidiría cuáles serían los blancos definitivos. A la
gente que pregunta si las armas nucleares serán utilizadas alguna vez hay que
recordarle que la primera guerra nuclear ya se llevó a cabo.
Los días 6 y 9 de
agosto Hiroshima y Nagasaki fueron arrasadas por sendas bombas nucleares. Y por
si alguien lo ha olvidado, desde la primera detonación nuclear en Nuevo México,
el 16 de julio de 1945, hasta el
día de hoy se han realizado 2 mil 53
explosiones nucleares. Una bomba atómica ha sido detonada cada 12 días durante
70 años. Muchas de las pruebas (528) se hicieron en la atmósfera y algunas
diseminaron material radiactivo por todo el planeta. El régimen de control y
reducción de armamentos nucleares, marcado por numerosos acuerdos y tratados
internacionales, forma parte de un sistema de gestión de los arsenales
estratégicos.
Ese régimen permitió la eliminación de componentes obsoletos y la
introducción de innovaciones y armamento más moderno. Una prueba de lo anterior
se relaciona con la reciente decisión de Vladimir Putin de introducir 40 nuevos
misiles intercontinentales (ICBM) en los arsenales rusos.
Independientemente
del uso político que Putin quiera imprimirle a este anuncio, lo cierto es que
la medida es acorde con el Nuevo tratado START firmado el 8 de abril de 2010.
Ese instrumento obliga a Rusia a reducir el número de vehículos capaces de
lanzar artefactos nucleares a 700 para el año 2018. Los nuevos misiles
intercontinentales no aumentan el número de vehículos, pero sí modernizan los
arsenales rusos.
Hoy existen 4 mil 120 cargas nucleares estratégicas en los
arsenales de ocho países. Están listas para usarse en cuestión de minutos. El
acervo completo de cargas nucleares (en reserva militar y en distintos sistemas
de
almacenamiento) alcanza unas 16 mil 400. El proceso de reducción de los
arsenales casi se ha frenado en Estados Unidos, Rusia, Inglaterra y Francia.
China, India, Pakistán e Israel no dan señales de planear reducir sus arsenales
o de que renunciarán al armamento nuclear en el futuro. La crisis económica
limita hoy los recursos disponibles para los armamentos nucleares. Pero al
mismo tiempo incrementa la inestabilidad y el riesgo de una confrontación que
convertiría la experiencia de Hiroshima y Nagasaki de hace siete décadas en un
día de campo. En ese caso la humanidad tendrá que preguntarle al cielo, como el
Segismundo de Calderón.
(…la nota esta completa aquí)
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