domingo, 2 de agosto de 2015

ESTA CRISIS NO ES GRIEGA, EUROPEA, CHINA. ES MUNDIAL

LA SOBERANÍA DE ESTADOS NACIONALES
SE PONE EN DISCUSIÓN POR LA CRISIS 
Y SUS MANIFESTACIONES MONETARIAS. 
SE MANIFIESTA COMO LAS VOLATILIDADES
FINANCIERAS PARA ESTA  AMÉRICA LATINA


Escribe 
JULIO C. GAMBINA (*)
Fuente: BLOG del autor 
30 de Julio 2015

(*)GAMBINA JULIO CESAR – (Argentina) Doctor en Ciencias Sociales (UBA) Profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, e Integrante del Comité Directivo del consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO. Director del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, IEF-CTA Autónoma Miembro del Consejo Académico de ATTAC-Argentina y dirige el Centro de Estudios Formación de la Federación Judicial Argentina. Columnista habitual en varios medios.

En un mes, entre mediados de junio y julio cayó un 30% la valorización bursátil en Shanghái,  ciudad emblemáticasde China, y en un año su deuda creció de manera exponencial. Hasta ahora, solo se
escuchaba hablar del crecimiento económico en China. Las llamadas tasas chinas, del 10% anual o más, así lo verificaban. En el último tiempo se habló de desaceleración, con tasas del 7%, muy superior a la evolución de cualquier economía nacional, de países desarrollados, emergentes o atrasados. El interrogante es si bajo las nuevas condiciones de crisis evidente esto seguirá así, e incluso afectará la tasa de crecimiento y con ello al sistema mundial en una
nueva espiral recesiva.
Vale el interrogante, por ser China uno de los principales compradores de Argentina y un nuevo proveedor de fondos por inversiones externas o préstamos negados por el sistema mundial. Es una situación bastante generalizada en la región latinoamericana y caribeña, por lo que la situación se incluye en la agenda de preocupaciones de los gobiernos y los pueblos en esta parte del mundo. El éxito del modelo escondía que junto al crecimiento se
consolidaban todas las formas de las relaciones capitalistas, entre ellas el trabajo asalariado estimulado por inversiones externas difundidas por las transnacionales de todo tipo, sustentadas en el aliento del Estado.
Ello suponía una inserción de China en la economía mundial, como gran productor fabril y gestor de una fabulosa masa de dinero, usada principalmente para sostener el déficit estadounidense, convirtiendo a China en el principal acreedor del mayor Estado capitalista, de una deuda pública
gigantesca, la más grande del mundo. Con esas relaciones de producción, distribución, cambio y consumo se consolidó un tipo de desarrollo sustentado en la expansión del consumismo interno y la exportación, favoreciendo el despliegue de un sistema de crédito e inversión especulativa en mercados diversos, especialmente alentando la burbuja inmobiliaria y el crédito personal y empresarial local.
 La intervención estatal tuvo ese propósito, la de estimular la expansión de las relaciones mercantiles y monetarias capitalistas.
Parecía que el gigante asiático, ascendiendo en el podio de la producción y la economía mundial quedaba afuera de la crisis mundial del capitalismo. Una crisis, que, reiteramos, es mundial y se hizo visible en 2007/2008 en Wall Street, el mercado inmobiliario, de valores y de toda la economía de EEUU, transferida al sistema mundial, con escalas y acontecimientos visibles en España, Europa, con Grecia en el centro de las noticias y la agenda actual. En todos esos países el tema del endeudamiento es clave.
Es un mecanismo utilizado para posponer el problema de la crisis e
intentar superarla. EEUU necesita prácticamente todos los años la autorización parlamentaria a los efectos de incrementar su deuda, que es del 100% de su PBI. Al mismo tiempo, como esa deuda genera intereses que deben cancelarse, el problema fiscal se constituye en problema estructural y año a año, así como crece la deuda, se sostiene un déficit fiscal (mayores egresos que ingresos) que se explica con emisión sin límite, forzando la posibilidad que tiene cada Estado de
imponer la circulación de su moneda.
En el caso de EEUU, el Estado obtuvo desde 1945 la prerrogativa de imponer al mundo la circulación y dominación del dólar, aun con la crisis de la convertibilidad de 1971. Hoy amenaza con la suba de tasas que provoca la caída de las otras monedas y los precios de las materias primas de exportación, generando condiciones para imponer una salida a la crisis capitalista desde los intereses nacionales de la dominación transnacional global. Pretende atrapar a los capitales excedentes del sistema mundial en búsqueda de rentabilidad y seguridad.   


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