LA SOBERANÍA DE ESTADOS NACIONALES
SE PONE EN
DISCUSIÓN POR LA CRISIS
Y SUS MANIFESTACIONES MONETARIAS.
SE MANIFIESTA COMO LAS VOLATILIDADES
FINANCIERAS PARA ESTA AMÉRICA
LATINA
Escribe
JULIO
C. GAMBINA (*)
Fuente: BLOG del autor
30 de Julio 2015
(*)GAMBINA
JULIO CESAR – (Argentina) Doctor en Ciencias Sociales (UBA) Profesor de
Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de
Rosario, Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas,
FISYP, e Integrante del Comité Directivo del consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales, CLACSO. Director del Instituto de Estudios y
Formación de la CTA, IEF-CTA Autónoma Miembro del Consejo Académico de
ATTAC-Argentina y dirige el Centro de Estudios Formación de la Federación
Judicial Argentina. Columnista habitual en varios medios.
En un mes, entre mediados de
junio y julio cayó un 30% la valorización bursátil en Shanghái, ciudad emblemáticasde China, y en un año su
deuda creció de manera exponencial. Hasta ahora, solo se
escuchaba hablar del
crecimiento económico en China. Las llamadas tasas chinas, del 10% anual o más,
así lo verificaban. En el último tiempo se habló de desaceleración, con tasas
del 7%, muy superior a la evolución de cualquier economía nacional, de países
desarrollados, emergentes o atrasados. El interrogante es si bajo las nuevas
condiciones de crisis evidente esto seguirá así, e incluso afectará la tasa de
crecimiento y con ello al sistema mundial en una
nueva espiral recesiva.
Vale el interrogante, por ser
China uno de los principales compradores de Argentina y un nuevo proveedor de
fondos por inversiones externas o préstamos negados por el sistema mundial. Es
una situación bastante generalizada en la región latinoamericana y caribeña,
por lo que la situación se incluye en la agenda de preocupaciones de los
gobiernos y los pueblos en esta parte del mundo. El éxito del modelo escondía
que junto al crecimiento se
consolidaban todas las formas de las relaciones
capitalistas, entre ellas el trabajo asalariado estimulado por inversiones
externas difundidas por las transnacionales de todo tipo, sustentadas en el
aliento del Estado.
Ello suponía una inserción de
China en la economía mundial, como gran productor fabril y gestor de una
fabulosa masa de dinero, usada principalmente para sostener el déficit
estadounidense, convirtiendo a China en el principal acreedor del mayor Estado
capitalista, de una deuda pública
gigantesca, la más grande del mundo. Con esas
relaciones de producción, distribución, cambio y consumo se consolidó un tipo
de desarrollo sustentado en la expansión del consumismo interno y la
exportación, favoreciendo el despliegue de un sistema de crédito e inversión
especulativa en mercados diversos, especialmente alentando la burbuja
inmobiliaria y el crédito personal y empresarial local.
La intervención estatal tuvo ese propósito, la
de estimular la expansión de las relaciones mercantiles y monetarias
capitalistas.
Parecía que el gigante asiático, ascendiendo en el podio de la
producción y la economía mundial quedaba afuera de la crisis mundial del
capitalismo. Una crisis, que, reiteramos, es mundial y se hizo visible en
2007/2008 en Wall Street, el mercado inmobiliario, de valores y de toda la
economía de EEUU, transferida al sistema mundial, con escalas y acontecimientos
visibles en España, Europa, con Grecia en el centro de las noticias y la agenda
actual. En todos esos países el tema del endeudamiento es clave.
Es un mecanismo utilizado para
posponer el problema de la crisis e
intentar superarla. EEUU necesita
prácticamente todos los años la autorización parlamentaria a los efectos de
incrementar su deuda, que es del 100% de su PBI. Al mismo tiempo, como esa
deuda genera intereses que deben cancelarse, el problema fiscal se constituye
en problema estructural y año a año, así como crece la deuda, se sostiene un
déficit fiscal (mayores egresos que ingresos) que se explica con emisión sin
límite, forzando la posibilidad que tiene cada Estado de
imponer la circulación
de su moneda.
En el caso de EEUU, el Estado
obtuvo desde 1945 la prerrogativa de imponer al mundo la circulación y dominación
del dólar, aun con la crisis de la convertibilidad de 1971. Hoy amenaza con la
suba de tasas que provoca la caída de las otras monedas y los precios de las
materias primas de exportación, generando condiciones para imponer una salida a
la crisis capitalista desde los intereses nacionales de la dominación
transnacional global. Pretende atrapar a los capitales excedentes del sistema
mundial en búsqueda de rentabilidad y seguridad.
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