GUERRAS YA NO SE PRECISAN PARA TOMAR BIENES… RECURSOS
Y CONSEGUIR EL DOMINIO SOBRE OTROS TERRITORIOS AJENOS.
JEZABEL GOUDINOFF
Y JAVIER LECHÓN -
miembros de la “Plataforma
Auditoría Ciudadana de la Deuda” (*)
Fuente “Público.es”
14 de Agosto 2015
(*) A los partidos políticos surgidos de
movimientos sociales suelen presentárseles una dicotomía que va a determinar su
futuro. Enfrentados a la “realidad” unos
aceptaran “raciocinio” y “mesura”
aceptando realidades existentes y
evitar los miedos de posiciones “radicales” para crear grandes consensos. Otros
mantendrán intactos argumentos que le
permitieron el ascenso y les dieron la razón de ser.
El acoso escolar y la deuda financiera pueden parecer realidades
distintas, sin embargo, ell cortometraje del “Observatori del Deute en
la
Globalizació y la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda” evita tecnicismos financieros para explicar la
deudocracia que domina el mundo mediante una historia de bullying en un
instituto. Realizado por TransformaFilms, es una
herramienta pedagógica que pretende incidir en los valores y en la educación
financiera de la población para construir una sociedad más justa y libre. La
deuda, como el bullying, es simple abuso de poder. Es el mecanismo que
permite
a los más fuertes de una comunidad mantener y ampliar su posición de dominio a
costa de los más débiles. La deuda es el alimento de nuestras sociedades
jerárquicas y desiguales. La gestión de la crisis de la deuda europea, y muy
especialmente en el caso de Grecia, demuestra que las reacciones de los
acreedores no son respuestas racionales que respondan a criterios económicos,
sino a posicionamientos políticos de dominación. En nombre de la disminución
del déficit presupuestario se imponen medidas que se sabe que aumentarán la
deuda (y el sufrimiento). A medida que los países se empobrecen, se hace más
evidente que la
deuda es insostenible y que no se podrá pagar. Endeudarse más
para pagar la deuda es un contrasentido económico que entiende hasta un niño, o
el propio FMI. La solución al drama de la deuda es una cuestión política, no
económica. Insistir en austeridad homicida sólo persigue mantener la jerarquía
de la UE, saquear toda riqueza en beneficio de las élites, humillar a los
países periféricos y anular a los que intenten hacer políticas alternativas.
Los mandamases de la Unión Europea insisten
en medidas “austeritarias” para
demostrar su fuerza, porque pueden hacerlo y nadie se lo impide. El profesorado
y la dirección del instituto no vigilan para que no se produzcan abusos en las
clases. Obcecados, insisten en que hagamos los mismos deberes que nos han
llevado al desastre actual. En el
claustro de la UE no hay, ni se espera que haya, la cooperación necesaria para
encontrar una solución global al
problema de la deuda. Una Unión Europea que no
es tal, la arquitectura del euro y las instituciones europeas fomentan la
competición financiera entre sus miembros. Ignoran que competir implica
forzosamente que uno gane y todos los demás pierdan. La UE ignora también que
encerrarse en sus posiciones y negarse a encontrar una solución política a los
problemas comunes, abre las puertas al fascismo y la barbarie. Las guerras ya
no son estrictamente necesarias para apoderarse de los recursos y las riquezas
ajenas, para conseguir el dominio político sobre otros territorios. Como canta
Vetusta Morla en la canción Golpe
Maestro, “cambiaron paz por deudas”, pero el
refinamiento metodológico no puede esconder la naturaleza violenta de nuestras
relaciones económicas. Un capitalismo global que sobradas veces ha dado
muestras de ser injusto hasta la crueldad. Querer cambiar esto implica
cuestionar muy sinceramente nuestra escala de valores y en qué sociedades queremos
vivir. Y eso puede asustar. A pesar de su sufrimiento, las víctimas de bullying
a menudo aceptan el maltrato y la sumisión como una forma de integración al
grupo, como un mal que es necesario tolerar si no se quiere estar solo ni
mostrar debilidad. Clara, la protagonista del cortometraje, cómo sucede a
menudo con las víctimas del bullying, no cuenta a nadie lo que le ocurre en el
instituto. Está paralizada por el miedo y se esfuerza por satisfacer los
insaciables deseos de sus agresoras con la leve esperanza que algún día cesarán.
Pero la
deudocracia, no se soluciona poco a poco ni por sí solo. Hay que
enfrentarse al miedo, romper las relaciones de dependencia y buscar la
solidaridad de aquellas personas y organizaciones que pueden ayudarnos a salir
de la espiral de violencia. Si sufres acoso, busca ayuda para salir, pero nadie
puede dar el primer paso por ti. Buscar una solución implica enfrentarse al
miedo de verse solo ante una situación nueva, a romper ciertas reglas establecidas.
Para acabar con los múltiples conflictos vinculados a la deuda en el mundo, es
imprescindible que cada vez más personas y pueblos digan ya basta, NO, OXI, NEIN…
Tantas veces y en tantos idiomas como sea necesario. O nos enfrentamos a los
abusones o abusarán de nosotros sin fin.
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