lunes, 31 de agosto de 2015

GOBIERNOS PROGRESISTAS:TOZUDEZ DE HECHOS Y CEGUERA

LA CRISIS CAPITALISTA MUNDIAL Y LAS POLÍTICAS DE LOS
GOBIERNOS “PROGRESISTAS”,   CONDUCEN EN ESTE MOMENTO
AL DEBILITAMIENTO DE ESOS GOBIERNOS LATINOAMERICANOS…


 Escribe 
GUILLERMO ALMEYRA (*)
Fuente “Rebelión”
Domingo 30 de Agosto 2015

(*) GUILLERMO ALMEYRA- Argentino-mexicano, nacido en Buenos Aires. Doctor en Ciencias Políticas (Univ. París VIII), profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, de México. Miembro del Consejo Editor de “SinPermiso” Columnista habitual en “La Jornada” de México. Periodista y escritor en especial en temas históricos; en esa línea ha publicado sobre los principales referentes del marxismo. Marx, Lenin, Trostky.

Un excelente artículo sobre Ecuador de Francois Houtart (Enlace aquí al final de la entrada) pone los puntos sobre las íes. El autor, no es
Francois Houtart
ningún ultraizquierdista encapuchado con una molotov en la mano sino, entre otras cosas, el ex presidente del Tribunal Juárez sobre la deuda de Estados Unidos con Cuba y el embargo a ese país que funcionó en Coyoacán y estuvo formado por una serie de personalidades antiimperialistas entre las cuales tuve el honor de contarme. Para Houtart estamos ante un fin de ciclo de las políticas de los gobiernos latinoamericanos que algunos califican de “progresistas”y otros de “populistas”. O sea, de un grupo muy heterogéneo de que abarca sobre todo los de Venezuela, Ecuador, Bolivia pero también el de Argentina que se autocalifica de

“populista” y convierte las tonterías de Laclau en dogma oficial porque las mismas sostienen que se terminaron las clases y el sujeto del cambio es “la juventud”, ese divino tesoro interclasista. ¡Qué lástima que los grandes banqueros e industriales ganen más que nunca con sus políticas de clase suspendiendo, despidiendo, eliminando las leyes de protección laboral, comprando por nada los recursos nacionales para aumentar así la explotación y el despojo del 90 por ciento de la población!. Caen los precios de las materias primas  bajo los efectos del estancamiento productivo de los países más
industrializados o, en el caso del crudo, de la sobreproducción, más el shale oil estadounidense y el aflujo al mercado del petróleo iraní cuya venta fue congelada por tantos años por el bloqueo imperialista. Rusia y China, prestamistas de los gobiernos “progresistas” antes mencionados o importantes inversionistas en América Latina, pasan grandes dificultades y deben devaluar sus monedas. Venezuela atraviesa un período turbulento pues disminuye la renta petrolera y, por lo tanto, no puede
importar los bienes que necesita y, a mediano plazo, menos aún mantener la ayuda solidaria a Cuba, Nicaragua, El Salvador y los países del Caribe. Ecuador, que depende de la exportación de crudo, vive una crisis aumentada por la dolarización de su moneda y Brasil, la famosa “potencia
emergente” de muchos analistas superficiales, aparece como lo que es, un país dependiente con una distribución brutalmente desigual de la riqueza y no puede ya basarse en la exportación de autos (de marca extranjera) ni de soya y, al mismo tiempo, hacer una política redistribucionista del ingreso y asistencialista para asegurarse una mínima paz social. En Brasil y en Argentina, las fábricas del ramo automotor cierran varios días, despiden, suspenden miles de obreros.
La corrupción masiva desprestigia al gobierno brasileño. Los proyectos de fracking y mineros se interrumpen en todas partes porque no son rentables dados los precios del crudo y de los minerales. Eso es bueno para el ambiente y la agricultura pero provoca conflictos sociales, como el de los mineros bolivianos en Potosí, hunde las esperanzas del gobierno argentino en el shale oil de Vaca Muerta o exacerba la extracción desesperada de petróleo por los gobiernos en los territorios indígenas en Ecuador
(Yasuní) o de Bolivia (en las autonomías guaraníes) provocando conflictos entre los gobiernos neodesarrollistas y extractivistas y los indígenas y ambientalistas. Por supuesto, la CIA, el imperialismo y sus agentes oligárquicos y capitalistas locales aprovechan la crisis y esta situación para tratar de debilitar y derribar a gobiernos a los que difícilmente pueden ganar en las urnas y provocan corridas bancarias
y choques sociales. Pero las protestas de los indígenas, ambientalistas y sindicatos combativos no tienen nada que ver con esas maniobras antidemocráticas y subversivas. Rafael Correa calumnia y reprime a los indígenas y a la CONAIE que llamaron a una protesta pacífica que no pedía su renuncia, como él dice, y además desconoce la Constitución ecuatoriana cuando impone la exploración petrolera en los territorios indígenas; Evo Morales y Alvaro García Lineras, por su lado, atacan la democracia y las autonomías comunitarias e indígenas y pretenden acallar las voces de protesta mientras declaran que harán exploraciones petroleras quieran o no los pueblos Guaraníes. Esos son los hechos concretos y tozudos.  

(FRANCOIS HOUTAT
 "El Ecuador de 2015: el agotamiento 
de un modelo en un contexto de crisis mundial”:

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