PERSONAS MONTAN POR TODAS PARTES. EXISTE UNA ESCALERA
QUE ASCIENDE ADONDE ESTÁ EL PODER, PERO NO ES
ACCESIBLE
A TODOS.
ES PARA UNOS CUANTOS... LA ESCALERA TIENE DUEÑOS…
Escribe
HERMANN BELLINGHAUSEN (*)
Fuente: “La
Jornada” de México
Lunes
31 de Agosto 2015
(*) HERMANN
BELLINGHAUSEN (Ciudad de México, 1953) Estudio
medicina, aunque actualmente se desempeña como periodista, narrador, poeta y
editor mexicano. Graduado en la Universidad Nacional Autónoma de México. Autor,
entre otros trabajos, de "La Memoria Herida" a propósito del tema de
las violaciones a los Derechos Humanos. Como periodista participa en
importantes medios de la prensa alternativa, del Continente y de Europa..
Nos gusten o no, y casi nunca nos gustan a
menos que estemos locos, tenemos que estárnoslos tragando todos los días. Para
los que trabajamos en el periodismo son parte de nuestro trabajo.
Memorizamos
sus rostros, su voz, su teléfono, su filiación partidaria (todos tienen una),
su entidad federativa, la universidad o corporación policiaca que los echó a
perder, los cargos que han ocupado, sus hazañas o escándalos.
Muchos tienen expediente judicial o debieran, pero en contadísimas excepciones cargan con las consecuencias. Si lo ventilamos causamos revuelo, odio, aplauso, descalificación inmediata, solidaridad, amenazas, etcétera. Si lo callamos, lo maquillamos según la línea o lo ignoramos,
causaremos gratitudes, decepciones, homenajes y honorarios extra.
Muchos tienen expediente judicial o debieran, pero en contadísimas excepciones cargan con las consecuencias. Si lo ventilamos causamos revuelo, odio, aplauso, descalificación inmediata, solidaridad, amenazas, etcétera. Si lo callamos, lo maquillamos según la línea o lo ignoramos,
causaremos gratitudes, decepciones, homenajes y honorarios extra.
Pero unos y otros desayunamos con las personas
del poder, por no añadir que la noche anterior ocuparon nuestros últimos
pensamientos y nos oscurecieron los sueños. Y usted dirá que qué vida más
miserable. ¿Sabe qué? Sí No somos los únicos, y con frecuencia, tampoco los más
afectados.
Es decir, unos cuantos miles de profesionales de la información
somos nada y hasta suertudos en comparación con los
millones de ciudadanos para quienes las acciones, omisiones o declaraciones de las personas del poder son de vida o muerte, sujetos en distintos grados a lo que ordene el señor. Padecen a los del poder en carne propia, en su tierra común, en su futuro colectivo. Las personas del poder se montan por todas partes.
millones de ciudadanos para quienes las acciones, omisiones o declaraciones de las personas del poder son de vida o muerte, sujetos en distintos grados a lo que ordene el señor. Padecen a los del poder en carne propia, en su tierra común, en su futuro colectivo. Las personas del poder se montan por todas partes.
Existe una escalera que asciende
adonde está el poder, pero no es accesible para todos. Bien dicho, la acaparan
unos cuantos, la escalera tiene dueños. Por conservarla se
fijan como lapas díscolas las diversas familias y grupos de afinidad financiera a ese poder que con harta frecuencia es hereditario. Y vitalicio para cada generación.
fijan como lapas díscolas las diversas familias y grupos de afinidad financiera a ese poder que con harta frecuencia es hereditario. Y vitalicio para cada generación.
Aleluya.
Muy toscamente dicho, las personas del poder se reducen a cuatro tipos de
personas: los políticos, los empresarios, los generales y los criminales
organizados.
Entendamos por políticos a los que encabezan cualquier sector
gubernamental, las cortes y el Congreso, y líderes sociales de
diversa credibilidad. Por empresarios a los banqueros o barones del dinero en sí, a los dueños de corporativos y comercios muy grandes, los testaferros de las trasnacionales, los que lucran con la información y el entretenimiento. Se constituyen en cámaras y montan agresivas campañas publicitarias. Por generales, pues eso, los de los fierros: generales, almirantes, mandos policiales. Y por criminales organizados todos los demás.
diversa credibilidad. Por empresarios a los banqueros o barones del dinero en sí, a los dueños de corporativos y comercios muy grandes, los testaferros de las trasnacionales, los que lucran con la información y el entretenimiento. Se constituyen en cámaras y montan agresivas campañas publicitarias. Por generales, pues eso, los de los fierros: generales, almirantes, mandos policiales. Y por criminales organizados todos los demás.
Las cuatro personas
del poder se entremezclan seguido, pero es mal visto mencionarlo. Algunos
informadores pierden
el trabajo, o la vida, por hacerlo. Aún así, a quienes más afectan y apergollan los del poder es a las pobres mayorías: con su avaricia, su sed de dominio, su visión salvadora, sus promesas, su desprecio, sus leyes, decretos y sentencias, su capacidad material de garrote y fuego, sus compromisos comerciales, militares, coloniales.
el trabajo, o la vida, por hacerlo. Aún así, a quienes más afectan y apergollan los del poder es a las pobres mayorías: con su avaricia, su sed de dominio, su visión salvadora, sus promesas, su desprecio, sus leyes, decretos y sentencias, su capacidad material de garrote y fuego, sus compromisos comerciales, militares, coloniales.
Acaparan el dinero legal y el
ilegal. Las personas del poder legales se pagan abultados sueldos que nunca
recortan. Las ilegales, sepa la bola cómo se pagan, pero añádale ceros antes
del punto. A los gobernantes (Estado) les pagan nuestros
impuestos y nuestro patrimonio soberano. A los empresarios y narcos les paga nuestro consumo. Viven de la gente. La imagen de la sanguijuela no resulta aquí inapropiada. Lo sabemos, y no queremos que sea así. Otra vez: ni que estuviéramos locos. Sin embargo sucede.
impuestos y nuestro patrimonio soberano. A los empresarios y narcos les paga nuestro consumo. Viven de la gente. La imagen de la sanguijuela no resulta aquí inapropiada. Lo sabemos, y no queremos que sea así. Otra vez: ni que estuviéramos locos. Sin embargo sucede.
Sometidos al poder de las personas del poder, unos concluimos
que no hay de otra; nos alivia ser en las encuestas uno de los países más
felices del mundo.
Otros concluimos lo contrario, salimos a decirlo y así nos va: ponemos los presos, los desplazados, las violadas, los difamados y los muertos. Las familias de las personas del poder, sus empleados cercanos, sus socios y otros cómplices no se enteran, o no se dan por enterados de lo que significa y cuesta su vivir dentro del poder y tan tranquilos.
Otros concluimos lo contrario, salimos a decirlo y así nos va: ponemos los presos, los desplazados, las violadas, los difamados y los muertos. Las familias de las personas del poder, sus empleados cercanos, sus socios y otros cómplices no se enteran, o no se dan por enterados de lo que significa y cuesta su vivir dentro del poder y tan tranquilos.
Son quienes más consumen y
descansan, más invierten y más se divierten. En ese cómodo olvido la vida es
más sabrosa. Sus caras y
sus quienes pueblan las coloridas páginas del corazón y las dichosas redes sociales, abarrotan los moles, los antros chic y las playas exclusivas. Si insistimos en arruinarnos la digestión, el buen humor y la conversación, almorzamos sus chismes y merendamos sus escándalos.
sus quienes pueblan las coloridas páginas del corazón y las dichosas redes sociales, abarrotan los moles, los antros chic y las playas exclusivas. Si insistimos en arruinarnos la digestión, el buen humor y la conversación, almorzamos sus chismes y merendamos sus escándalos.
Es
evidente que entre las personas del poder rara vez se encuentras las mejores
personas, ni las más amables, ni las más interesantes. En el México de orita
abunda una banda mucho mejor, como bien sabe el lector. Perdemos el tiempo
prestando atención (y sufriéndola) a gente que, sin valer la pena, no logramos
quitarnos de encima. Qué miseria.
(…texto
completo aquí)
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