VALOR DE MERCADO DE OBRAS ERA
EQUIVALENTE A
CASI DOS VECES EL PIB: UNA
BURBUJA EN CANTIDADES
Y PRECIOS UNICA EN LA HISTORIA
DEL CAPITALISMO
Escribe
ALEJANDRO NADAL (*)
Fuente
“La Jornada” de México
26 de agosto 2015
(*)ALEJANDRO
NADAL es Doctor en Economía por la
Universidad de París y Profesor de Teoría Económica del Colegio de México. Miembro del Consejo Editor de Sin Permiso y
columnista permanente en “La Jornada” de México. Conferencista y Periodista que
publica en importantes medios de Europa y América. Trabaja en un libro sobre
macroeconomía. Sustenta que esta no es crisis económica, sino que es
estructural del sistema.
La línea que separa a un
especulador de un inversionista es delgada. Éste apuesta a recuperar su
inversión inicial. Aquél juega a saber más
que el mercado. En el capitalismo
hay cabida para los dos tipos de agentes y en su análisis sobre la formación de
expectativas, Keynes afirmó que la especulación no es dañina cuando las
burbujas son pequeñas y forman parte de un gran río de inversión.
Pero cuando
la inversión se compone de unas cuantas burbujas en un mar de especulación, las
cosas salen mal. Todo mundo sabía que la crisis llegaría a China. Había
demasiados canales de comunicación como para pensar que los
efectos del descalabro
en Estados Unidos y Europa no se transmitirían a China.
Pero la crisis en el
gigante asiático tiene también los ingredientes de su propia cocina. Otros se
relacionan con la política económica que aplicó el gobierno chino al sentirse
los efectos de la contracción del mercado mundial. La crisis financiera y sus
efectos sobre la economía mundial terminaron por frenar la expansión de las
exportaciones chinas. Pero ese no fue el único problema. Contrario a lo que
muchos piensan, la fuente de mano de
obra en China no es inagotable: en 2011 la
oficina de estadísticas anunció que la población en edad de trabajar se
contrajo por primera vez.
Es el resultado de 30 años de una política
demográfica restrictiva (un hijo por familia) y del retiro de una generación nacida
entre 1950 y 1975. Contra este telón de fondo y para combatir la contracción
provocada por la caída en la demanda mundial, las autoridades del banco central
chino comenzaron a aplicar una política de expansión crediticia desde
2012.
Y
para compensar la pérdida de dinamismo del sector exportador, un año después
hasta se anunciaron planes para ir modificando la estrategia de crecimiento de
la economía china: en adelante se estaría descansando más en el consumo
doméstico. Pero para los gobiernos provinciales en China el crecimiento de la
inversión en la industria de la construcción es una fuente muy importante de
recursos.
Así que el auge del sector de la construcción va de la mano con las
necesidades fiscales: promover el crecimiento de una burbuja de
bienes raíces
es algo casi natural. En 2013 había más de 10 mil millones de metros cuadrados
en construcción en diversas ciudades chinas. El valor de mercado de esas obras
era equivalente a casi dos veces el PIB: es una burbuja en cantidades y precios
que no tiene paralelo en la historia del capitalismo.
Y ha sido inflada por un
sistema en el que la sed de ingresos fiscales y la especulación van de la mano.
En muchos casos, la argamasa que mantiene unido este enredijo es la
corrupción.
La expansión crediticia permitió una ola de inversiones en la bolsa y un
espectacular crecimiento de precios en títulos y acciones. La expansión de las
operaciones bursátiles con dinero prestado genera mayor volatilidad de la que
ya existe en esos mercados. Y a esto hay que añadir el hecho de que otra parte
de las inversiones de corto plazo en China proviene de la estrategia de
empresas, bancos y fondos de inversión para obtener divisas a un costo bajo e invertir en títulos denominados en divisas que tienen rendimientos superiores.
Este llamado carry trade en el mercado mundial de divisas es resultado de un
arbitraje en el que se toman en cuenta tasas de interés y estabilidad
cambiaria. Estas operaciones han existido desde hace mucho, pero en los últimos
años la flexibilidad de la política monetaria en Japón, Estados Unidos y, más
recientemente, en Europa ha permitido su expansión sin freno. El crédito
interno y el carry trade crearon una gigantesca burbuja en el mercado de
valores en China. En los 12 meses anteriores a junio de este año, el índice de
precios de las acciones creció 150 por ciento.
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