jueves, 3 de septiembre de 2015

TPP, TTIP, TISA: GRAN TRINIDAD DEL SIONISMO IMPERIAL

“LO QUE EE UU NO CONTROLA CON LOS OTROS DOS (TPP Y TTIP)
LO PRETENDE CONSEGUIR MEDIANTE EL FINANCIERISMO GLOBAL
DE SU BANCOCRACIA, CON EL TAN DISCUTIDO TRATADO  TISA…”
Alfredo Jalife-Rahme


 Escribe 
RUBÉN RAMOS (*) 
Fuentes:
 “Wikileaks” “Publico.es”  
Publica “Rebelión”
1 de septiembre 2015

(*) RUBÉN RAMOS (PERU). Sociólogo y educador peruano. postdoctorado en Filosofía, Política e Historia de las Ideas en América latina y    doctor en Educaciones por las Universidades Católica y San Marcos de Lima (Perú). Ver el perfil profesional en la Red LinkedIn.  Periodista y escritor en los temas sociales y ambientales, con presencia en medios de prensa alternativa de América Latina y Europa.

NOTA del BLOG: La extensa nota del autor comprende un análisis de los tres Tratados (TPP,TTIP,TISA). Por razones de espacio y de mayor actualidad en esta región, está aquí solo el TISA. Para ir a la nota completa, tiene el enlace al final de esta nota o “click” aquí en la Web de “Rebelión”http://www.rebelion.org/noticia.php?id=202548

EL TRATADO “TISA”
El TISA se diseñó para que la inversión privada extranjera monopolice el comercio de servicios de 50 países con los que EEUU y la UE han
Alfredo Jalife-Rahme
Alfredo Jalife-Rahme firmado Tratados de Libre Comercio (TLC) en los diez últimos años sin que sus habitantes sepan algo. Mediante mecanismos y formas para que sus gobernantes puedan poner en marcha leyes que faciliten la inversión privada   euro-estadounidense, en secreto y sin restricción alguna.   
El TISA es el “Acuerdo” que resume la rapiña de los recursos de todo tipo y el monopolio de todos los servicios imaginables por las transnacionales de euro-estadounidenses-israelíes en el mundo. Como dice Alfredo Jalife-Rahme: “Lo que no controla Estados Unidos con sus dos tratados ominosos (TPP y TTIP) lo
Julian Assange
pretende conseguir mediante el financierismo global de su bancocracia con el TISA”. 
Los servicios que serán monopolizados son, entre otros, los turísticos, de salud y medio ambiente, de telecomunicaciones y comercio electrónico, financieros, seguros, transporte aéreo y marítimo, distribución y envíos, servicios profesionales, transparencia, movimientos de personas físicas, regulaciones nacionales internas, servicios postales universales… 
Es importante tener en cuenta que el mercado de los servicios representa casi el 80% de las economías de Estados Unidos y de la UE
en manos de grandes conglomerados transnacionales. Por el momento, los gobiernos implicados en la negociación secreta del TiSA son: Australia, Canadá, Chile, Colombia, Corea del Sur, Costa Rica, Estados Unidos, Hong Kong, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, México, Nueva Zelanda, Noruega, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Suiza, Taiwán, Turquía y la Comisión Europea, en representación

de los 28 países miembros de la UE, pese a ser un organismo no electo por sufragio universal. 

Entre los “socios” hay tres paraísos fiscales declarados, que participan activamente en la elaboración de los artículos, especialmente Suiza y Panamá. El otro es Liechtenstein. Las naciones latinoamericanas que participan en el TiSA, son todas ellas fieles aliadas de EEUU como Colombia, México, Perú, Paraguay, Chile, Costa Rica y Panamá. 
No participan los países bolivarianos del ALBA, por razones obvias, y otros gobiernos de los que EEUU no se fía. Su “esperanza” está en
volverlos a todos al redil. Para esto, como dije en un artículo anterior, ha puesto en práctica aquella máxima del maestro de la guerra (Sun Tzu): “Únete al enemigo para derrotar a tus enemigos”. La alusión que hago a Cuba respecto de los otros países que conforman el ALBA y a otros gobiernos cercanos a esta alianza, es clara. 
No hay que perder de vista que de lo que trata el TiSA es de incorporar las economías de América latina y del Caribe dentro de la
alianza neoliberal planetaria. Esto pasa por recuperar el “patio trasero” que fuera revuelto, primero, por la resistencia del pueblo cubano al bloqueo económico y al terrorismo estadounidense, y luego, por la Alianza Bolivariana para los Pueblos (ALBA) surgida por “culpa” de Fidel y de Chávez. Germen para la UNASUR y después para la CELAC. Acabar con todo esto, desde Cuba, es el logro mejor acariciado por las élites del poder. 
También, terminar con PetroCaribe y el Mercosur. Aunque tal vez convenga hacer de éstos un mecanismo funcional con el petróleo del
fracking, y con el TLC con la UE tal cual lo vienen impulsando Uruguay y Paraguay que ya son miembros de la familia “trinitaria”. Que nadie se equivoque. Lo que ocurre en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, El Salvador, Argentina, e incluso en Brasil, no es oposición sino sedición. 
El propio “acercamiento” estadounidense a Cuba se ubica en esta perspectiva. La “buena vecindad”, a la que el maquillador del imperio John Kerry se refirió el día en que EEUU plantó su bandera en la Isla, no es sino la reedición de lo que Rooseevelt dijera e hiciera en la década de los años '30 



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