“LO QUE EE UU NO CONTROLA CON
LOS OTROS DOS (TPP Y TTIP)
LO PRETENDE CONSEGUIR MEDIANTE EL
FINANCIERISMO GLOBAL
DE SU BANCOCRACIA, CON EL TAN
DISCUTIDO TRATADO TISA…”
Alfredo Jalife-Rahme
Escribe
RUBÉN RAMOS (*)
Fuentes:
“Wikileaks” “Publico.es”
Publica “Rebelión”
1 de septiembre 2015
(*) RUBÉN RAMOS (PERU).
Sociólogo y educador peruano. postdoctorado en Filosofía, Política e Historia
de las Ideas en América latina y doctor
en Educaciones por las Universidades Católica y San Marcos de Lima (Perú). Ver
el perfil profesional en la Red LinkedIn. Periodista y escritor en los temas sociales y
ambientales, con presencia en medios de prensa alternativa de América Latina y
Europa.
NOTA del BLOG: La extensa nota
del autor comprende un análisis de los tres Tratados (TPP,TTIP,TISA). Por
razones de espacio y de mayor actualidad en esta región, está aquí solo el
TISA. Para ir a la nota completa, tiene el enlace al final de esta nota o “click” aquí en la Web de “Rebelión”: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=202548
EL TRATADO “TISA”
El TISA se diseñó para que la
inversión privada extranjera monopolice el comercio de servicios de 50 países
con los que EEUU y la UE han
Alfredo Jalife-Rahme firmado Tratados de Libre Comercio (TLC) en los diez
últimos años sin que sus habitantes sepan algo. Mediante mecanismos y formas para
que sus gobernantes puedan poner en marcha leyes que faciliten la inversión
privada euro-estadounidense, en secreto y sin
restricción alguna.
Alfredo Jalife-Rahme |
El TISA es el “Acuerdo” que resume la rapiña
de los recursos de todo tipo y el monopolio de todos los servicios imaginables
por las transnacionales de euro-estadounidenses-israelíes en el mundo. Como
dice Alfredo Jalife-Rahme: “Lo que no controla Estados Unidos con sus dos
tratados ominosos (TPP y TTIP) lo
pretende conseguir mediante el financierismo
global de su bancocracia con el TISA”.
Julian Assange |
Los servicios que serán monopolizados
son, entre otros, los turísticos, de salud y medio ambiente, de
telecomunicaciones y comercio electrónico, financieros, seguros, transporte
aéreo y marítimo, distribución y envíos, servicios profesionales,
transparencia, movimientos de personas físicas, regulaciones nacionales
internas, servicios postales universales…
Es importante tener en cuenta que el
mercado de los servicios representa casi el 80% de las economías de Estados
Unidos y de la UE
en manos de grandes conglomerados transnacionales. Por el
momento, los gobiernos implicados en la negociación secreta del TiSA son:
Australia, Canadá, Chile, Colombia, Corea del Sur, Costa Rica, Estados Unidos,
Hong Kong, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, México, Nueva Zelanda,
Noruega, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Suiza, Taiwán, Turquía y la Comisión
Europea, en representación
de los 28 países miembros de la UE, pese a ser un
organismo no electo por sufragio universal.
Entre los “socios” hay tres
paraísos fiscales declarados, que participan activamente en la elaboración de
los artículos, especialmente Suiza y Panamá. El otro es Liechtenstein. Las
naciones latinoamericanas que participan en el TiSA, son todas ellas fieles
aliadas de EEUU como Colombia, México, Perú, Paraguay, Chile, Costa Rica y
Panamá.
No participan los países bolivarianos del ALBA, por razones obvias, y
otros gobiernos de los que EEUU no se fía. Su “esperanza” está en
volverlos a
todos al redil. Para esto, como dije en un artículo anterior, ha puesto en
práctica aquella máxima del maestro de la guerra (Sun Tzu): “Únete al enemigo
para derrotar a tus enemigos”. La alusión que hago a Cuba respecto de los otros
países que conforman el ALBA y a otros gobiernos cercanos a esta alianza, es
clara.
No hay que perder de vista que de lo que trata el TiSA es de incorporar
las economías de América latina y del Caribe dentro de la
alianza neoliberal
planetaria. Esto pasa por recuperar el “patio trasero” que fuera revuelto,
primero, por la resistencia del pueblo cubano al bloqueo económico y al
terrorismo estadounidense, y luego, por la Alianza Bolivariana para los Pueblos
(ALBA) surgida por “culpa” de Fidel y de Chávez. Germen para la UNASUR y
después para la CELAC. Acabar con todo esto, desde Cuba, es el logro mejor
acariciado por las élites del poder.
También, terminar con PetroCaribe y el
Mercosur. Aunque tal vez convenga hacer de éstos un mecanismo funcional con el
petróleo del
fracking, y con el TLC con la UE tal cual lo vienen impulsando
Uruguay y Paraguay que ya son miembros de la familia “trinitaria”. Que nadie se
equivoque. Lo que ocurre en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, El
Salvador, Argentina, e incluso en Brasil, no es oposición sino sedición.
El
propio “acercamiento” estadounidense a Cuba se ubica en esta perspectiva. La
“buena vecindad”, a la que el maquillador del imperio John Kerry se refirió el
día en que EEUU plantó su bandera en la Isla, no es sino la reedición de lo que
Rooseevelt dijera e hiciera en la década de los años '30
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