¿CÓMO ES POSIBLE QUE EL CALVARIO DE LOS REFUGIADOS
Y LA ENORME TRAGEDIA
DEL DESTINO HUMANO SE VEAN
SIN NINGÚN PUDOR NI SENTIMIENTO DE CULPABILIDAD?
Fuente:
“EL PERIODISMO HUMANO”
Texto Bostjan Videmsek ,
Periodista Free Lance.
Corresponsal de guerra
Fotos:
Jure Erzen /DELO ·
Traducción: Patricia Simón
24 de agosto 2015
Las islas del este del Egeo se han convertido en la
principal puerta de entrada para los inmigrantes para entrar en la UE. Pocos
kilómetros separan las islas griegas de la costa turca vienen siendo las vías preferidas por los traficantes turcos.
El volumen de personas tratando de escapar nunca
antes había sido mayor. Cada día, el
grupo voluntario Solidaridad de Kos distribuye comida, ropa, zapatos y
productos de higiene básica. Cuando estos Samaritanos del lugar –
Sofia
(maestra de educación primaria), Elena (médico), Alexander (maestro de
educación primaria) y Jorgos (empresario) – llegan para traer a los refugiados
su comida diaria, un enorme jaleo puede oírse desde la lejanía.
Los niños, algunos no llegan siquiera a los diez años, se
agarran fuertemente a los que llegan que apenas pueden controlar la hambrienta
multitud. Bajo el fuerte sol, los locales reparten la comida preparada
especialmente para los migrantes en las cocinas de algunos de los hoteles
cercanos. Se puede sentir la enorme gratitud que emana
de la multitud, pero también un gran sentimiento de
vergüenza. En sus hogares,
estas personas no habían estado acostumbradas a sobrevivir gracias a la pena
que provocan en otros seres humanos.
Los sirios y los afganos vienen de los países más hospitalarios del mundo. Mis muchos
años como reportero de guerra me lo han enseñado . La hospitalidad de un país que
alberga una correlación directa con el tamaño de las tragedias que atraviesa. Sólo
unas pocas horas antes, al amanecer, llegaron a Kos en una zodiac junto a sus
padres y otros refugiados sirios. Tan pronto dejaron de apoyarse la una en la
otra, casi se desplomaron del agotamiento. Habrán conseguido escapar de uno de los
conflictos más sangrientos de nuestro tiempo, y puede que acaben de conseguir
el principal reto de haber llegado con éxito a la UE. Pero sus futuros son aún
descorazonadamente inciertos.
¿COMO ES POSIBLE?
¿Cómo es posible asistir al horror de los refugiados sirios
sin sentirse culpable y avergonzado? ¿Cómo es posible que alguien pueda
sentirse más valioso y digno que otro ser humano?
¿Cómo es posible que una vida tenga menos valor que otra? ¿Cómo
es posible que en todas partes siempre haya un nosotros y un ellos? ¿Cómo es
posible que el privilegio de haber nacido en un lugar en paz y próspero se dé
por sentado para tanta gente?
¿Cómo puede haber una falta tan grande de empatía y
compasión? ¿Cómo es posible que aquellos que viven una vida de comodidad y
seguridad nieguen derechos, libertad y una vida mejor a millones de personas
que nunca llegarán a saber qué es una vida de comodidad y seguridad? ¿Cómo es
posible que nos podamos enfrentar a nuestro propio reflejo -como individuos,
comunidad, nación, Estado, unión de
Estados– y no nos importen los crimenes
contra la humanidad, o nuestros propios crímenes?
¿Cómo es posible que la banalidad del mal se estrelle tan
pocas veces contra las rocas de la bondad, con lo habitual que resulta hoy
juzgar ética y moralmente a través de la retórica digital (esto último está tan
extendido que a menudo parece una doble moral)? ¿Cómo es posible que, a un lado
de la luna y de modo autocomplaciente, “necesite urgentemente hacerse algo” y
entonces -una y otra vez- nos quedemos
en palabras y una gigante ilusión de activismo de sofá en las redes sociales?
¿Cómo es posible que que el reflejo gane casi siempre y la
autoreflexión sea una excepción a la regla? ¿Cómo es posible que después de
tantos años de tiranía de las viejas políticas de la corrección –como un
boomerang en el paisaje–, el discurso público esté dominado por la xenofobia,
el racismo y el egoísmo nacionalista?
¿Cómo es posible que el país que hace veinte años acogió
70.000 refugiados (Eslovenia) encuentre hoy problemático aceptar más de 250
refugiados que huyeron del conflicto más sangriento de nuestro tiempo? ¿Cómo es
posible que el gobierno de este país, como vasallos de una falsa autoridad
marcada por Bruselas-Berlín y con el apoyo general de la población, esté
arrasando nuestros últimos restos de humanidad (como ocurrió en Grecia con la
crisis)?
¿Cómo es posible que una mujer que ha caminado kilómetros
con la esperanza de encontrar la libertad, con su hija de tres años en brazos,
sea acusada de terrorista? ¿Cómo es posible que un joven cultivado y urbano y
un anciano exhausto y sin nada sean tildados de amenaza para “nuestra” Europa?
¿Cómo se puede juzgar quién es elegible o no para vivir en
determinado continente? ¿Cómo es posible que el calvario de los refugiados
sirios y la indescriptible tragedia del destino humano sean “traducidas” en
construcciones ideológicas enfermizas, sin ningún tipo de pudor ni sentimiento
de culpabilidad?
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