sábado, 5 de septiembre de 2015

NO QUEDAN RECURSOS EN DESPENSA DE LA CASA COMÚN

UN ABISMO SE ABRE ANTE NOSOTROS. EN  DISCUSIONES POR TV
 NO SE HACE REFERENCIA A LÍMITES ECOSISTÉMICOS DE LA TIERRA.
ECONOMISTAS ESTAN CIEGOS Y CEGADOS POR LAS CIFRAS DEL PIB,
UN PARADIGMA ANTICUADO Y REDUCCIONISTA PARA EL ANÁLISIS…
.

Escribe
 LEONARDO BOFF (*) 
Fuente Web del autor 
 Viernes 4 de Septiembre 2015

(*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. en 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Cardenal Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín entre otras. Escribió más de 100 libros, traducidos a diversas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood, considerado el Nobel Alternativo.

La Tierra es un planeta pequeño, viejo, con 4,44 mil millones de años de edad, con 6.400 km de radio y 40.000 km de circunferencia. Hace 3,8 mil millones de años surgió en él la vida. Lo preocupante es que ya
no tiene reservas   en despensa para dar alimentos y agua a sus habitantes. Su biocapacidad se  debilita día a día. El 13 de agosto fue el Día de la Sobrecarga de la Tierra (Earth Overshooting Day). Es lo que nos informó la Red de la Huella Mundial (Global Footprint Network) que, junto con otras instituciones como WWF y Living Planet siguen atentos el estado de la Tierra. La huella ecológica humana (la cantidad de bienes y servicios que necesitamos para vivir) ha sido sobrepasada.

Las reservas de la Tierra se agotan y necesitamos 1,6 planetas para nuestras necesidades, sin considerar aquellas muy importantes  (fauna, flora, micro-organismos). Nuestra tarjeta de crédito está en números rojos. Hasta 1961 necesitábamos el 63% de la Tierra para nuestras demandas. En 1975 necesitábamos ya el 97% de la Tierra. En 1980, el 100,6%, la primera Sobrecarga de la Huella Ecológica
Planetaria. En 2005 alcanzábamos ya la cifra de 1,4 planetas. Y actualmente, en agosto de 2015, 1,6 planetas. Si hipotéticamente, nos dicen los biólogos y cosmólogos, quisiésemos universalizar el tipo de consumo que los países opulentos disfrutan, serían necesarios 5 planetas iguales al que tenemos, lo cual es imposible además de irracional (cf. R. Barbault, Ecologia geral, 2011, p.418). 
“Los límites planetarios: una guía para el desarrollo humano en un planeta en mutación”, hecha por 18 científicos y publicada en la
prestigiosa revista “Science” de enero de 2015 (hay un buen resumen en IHU de 09/02/2015). En ella se enumeran 9 fronteras que no pueden ser violadas, en caso contrario ponemos en peligro las bases de la vida en el planeta (cambios climáticos; extinción de especies; disminución de la capa de ozono; acidificación de los océanos; erosión de los ciclos de fósforo y nitrógeno; abusos en el uso de la tierra, como deforestaciones; escasez de agua dulce; concentración
de partículas microscópicas en la atmósfera que afectan al clima y a los organismos vivos;  
Cuatro de las 9 fronteras ya han sido sobrepasadas, pero dos de ellas –el cambio climático y la extinción de las especies– que son fronteras fundamentales, pueden llevar a nuestra civilización a un colapso. Fue lo que concluyeron los 18 científicos.Tal dato pone en jaque el modelo vigente de análisis de la economía de la sociedad
mundial y nacional, medida por el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Este implica una profunda intervención en los ritmos de la naturaleza y la explotación de los bienes y servicios de los ecosistemas con vistas a la acumulación y con ello al aumento del PIB.
Este modelo es una falacia pues no considera el tremendo estrés al que somete a todos los servicios ecosistémicos globales que garantizan la continuidad de la vida y de nuestra civilización. De forma irresponsable e irracional considera tal hecho, con sus graves
consecuencias, como “externalidades”, es decir, como factores que no entran en la contabilidad nacional e internacional de las empresas. Y así, alegremente, vamos al encuentro de un abismo que se abre delante de nosotros. Curiosamente, en las discusiones sobre temas económicos que se organizan semanalmente en las televisiones, nunca o casi nunca se hace referencia a los límites
ecosistémicos de la Tierra.
Con raras excepciones, los economistas parecen ciegos y cegados por las cifras del PIB, rehenes de un paradigma anticuado y reduccionista para analizar la economía concreta que tenemos. Si todas las fronteras fuesen violadas, como todo parece indicar, ¿qué sucederá con la Tierra viva y la humanidad? Pero
sobre eso los analistas no dicen ni una sola palabra. Mal imaginan que podemos conocer un “armagedón” ecológico-social sin precedentes. Imaginemos al planeta Tierra como un avión de pasajeros. Tiene alimentos, agua y combustible limitados. El 1% viaja en primera clase; el 5% en ejecutiva y el 95% en clase económica o junto a los equipajes con un frío aterrador. Llega un momento en que todos los recursos se agotan. El avión planea un poco y luego se precipita, acabando con todos los pasajeros de todas las clases.   

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