EN LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO, DE LO QUE
SE TRATA
ES DE ADMINISTRAR LOS INTERESES
PROTECCIONISTAS DE
LAS PARTES. RESULTADOS SON CONTRARIOS A LO INVOCADO…
Escribe
IMMANUEL WALLERSTEIN (*)
Fuente “La
Jornada” de México
Tradujo: Ramón Vera
Domingo 23 de Agosto 2015.
(*)WALLERSTEIN IMMANUEL 1945) Periodista, escritor,
activista por la democracia y defensor de las energías renovables. Ha sido uno
de los estrategas y organizadores del movimiento antinuclear en Estados Unidos.
Es editor de Nukefree.org y autor del libro Solartopia! Our
Green-Powered Earth. Estudio en
Columbia con doctorado en 1959. De 1976 a 1999 Profesor de Sociología en
Binghamton. Director del Centro Braudel de estudios económicos. Es presidente de la Comisión Gulbenkian.
El libre comercio es uno de los principales
mantras del capitalismo como sistema histórico. El libre comercio se predica
como el arreglo
óptimo para expandir la producción, reducir los costos de ésta
y, como tal, reducir los precios del consumo, lo que en el largo plazo
incrementaría la igualdad en el ingreso. Todo esto puede ser cierto. Nunca lo
sabremos, puesto que nunca de los nuncas hemos conocido un mundo de libre
comercio. El proteccionismo ha sido siempre el modo dominante de las relaciones
económicas entre los Estados. Pero, pueden pensar, ¿no constantemente ratifican
los Estados tratados que se califican como de libre comercio? Sí, lo hacen.
Pero en realidad tales tratados no se
basan en el libre comercio, sino más bien
en el proteccionismo. Comencemos por el primer hecho básico. No existe algo
como el libre comercio si no incluye a todos los Estados en el sistema-mundo. Si
un tratado incluye a algún número de Estados, desde dos Estados a N-1 Estados
(siendo N la totalidad de Estados en un momento particular), esto por
definición significa que algunos de los otros Estados están excluidos de las
previsiones de dicho tratado. La colectividad de Estados dentro del así llamado
tratado de libre comercio están de hecho creando una zona proteccionista contra
el o los Estados excluidos. Una de las razones por las que siempre es tan
difícil para
los Estados el aceptar un así llamado tratado de libre comercio es
que los Estados involucrados tienen que negociar una compensación. Cada uno de
estos Estados está decidiendo qué medidas proteccionistas está dispuesto a
sacrificar vis-à-vis el grupo limitado de Estados que serán incluidos en el
tratado, con el fin de obtener las ventajas que resultarán de la disposición
del otro Estado o Estados para sacrificar alguna medida proteccionista
particular.
Podemos constatar cómo funciona esto
observando una negociación importante que lleva ocurriendo ya algún tiempo bajo
el rubro de
Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (o TPP,
por sus siglas en inglés). Actualmente hay 12 Estados implicados en el tratado
en perspectiva: Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva
Zelanda, Perú, Singapur, Estados Unidos y Vietnam. Este grupo de 12 comenzó
negociaciones en 2008 y fijaron la fecha 2012 para completarlo. El año 2012 ya
quedó atrás. Ahora afirman que será en 2015 cuando las actuales negociaciones
lleguen a una fase final para culminarlo
supuestamente este año. Si uno mira la
lista de los Estados involucrados, es una curiosa mescolanza geográfica.
Además, los países son bastante diferentes en tamaño, en PIB y en importancia
en la economía-mundo. Se dice que existe una larga lista de otros países
potenciales que podrían buscar entrar, una vez que el TPP esté funcionando. Sin
embargo, hay dos países muy
grandes de los que no se dice que sean miembros
potenciales: China e India. ¿Por qué será? Las listas actual y potencial están
basadas obviamente en consideraciones políticas, no económicas. No obstante, en
vez de discutir la política de elegir los límites exteriores de la zona del
TPP, indaguemos por qué ha llevado tanto arribar a un tratado que 12 Estados
están listos a ratificar. Tomemos la cuestión de los productos lácteos. Canadá
los protege. Nueva Zelanda los exporta. Canadá está a punto de celebrar
elecciones. El
partido que gobierna Canadá actualmente tiene miedo de perder
estas elecciones. Por tanto, de ninguna manera firmará Canadá la reducción de
sus protecciones a sus granjeros productores de lácteos. La prosperidad de
Nueva Zelanda depende de ser capaz de expandir las ventas de lácteos. Tomemos
otro punto que compete a Nueva Zelanda. Ésta mantiene sus extensos beneficios
médicos mediante el uso amplio de medicamentos genéricos. Así también lo hace
Australia. Las compañías farmacéuticas en Estados Unidos están ansiosas de
imponer severas restricciones al uso de genéricos, que dañan los ingresos de
los medicamentos protegidos. Le llaman a esto salvaguardar la propiedad
intelectual, siendo salvaguardar un eufemismo de proteger.
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