sábado, 26 de septiembre de 2015

LAS GUERRAS CLIMÁTICAS YA ESTÁN AQUÍ

LA DESESTABILIZACIÓN CLIMÁTICA QUE SE AVECINA. LEJOS DE SER
UN HECHO PARA TRATAR EN UN APARTADO SECTORIAL Y AISLADO. 
INSIDE EN LA VIDA DE LAS SOCIEDADES. SOLO ACABA DE EMPEZAR.


Escribe  
DAVID HAMMERSTEIN (*) 
Fuente 
Publica “Eco Portal” 
26 de Septiembre 2015

(*) DAVID HAMMERSTEIN (1955, EE.UU. Los Ángeles) Sociólogo y político ecologista (nacionalizado en EE:UU:1986). Trabajo en La Confederación de Los Verdes desde 1999, y con Los Verdes de Europa. Eurodiputado del 2004 al 2009 Estuvo adscrito al grupo parlamentario de Los Verdes/ALE, destacándose en la lucha contra la corrupción urbanística, la minería a cielo abierto, la contaminación. Como miembro del Parlamento Europeo  se distinguió por las denuncias del incumplimiento de directivas europeas en materia de medio ambiente.  

Millones de refugiados se agolpan a las puertas de Europa poniendo a prueba nuestros valores más preciados de solidaridad y equidad. Es
todo un aviso para navegantes sobre los peligros del futuro que nos espera. Cuando una sociedad humana se siente amenazada tropieza con la disyuntiva de elegir entre la libertad y la seguridad, es muy probable que se opte por la segunda opción autoritaria. En la respuesta que demos a este dilema práctico corremos el riesgo de suspender los principios morales más apreciados en nuestras acomodadas sociedades democráticas. Las

libertades pueden tirarse al basurero cuando se percibe que los refugiados constituyen una amenaza a la propia seguridad.

Las guerras climáticas ya están aquí. Solo un reajuste socio-ambiental global por encima de las fronteras, capaz de distribuir la creciente escasez de los recursos biofísicos según los valores de suficiencia material y ecológica y de manera más equitativa, podrá ayudarnos a mitigar la gran catástrofe que se avecina, mucho más colosal que la
crisis actual de los refugiados. Pero hasta ahora continúa la ceguera política como si nada pasara, sumida como está en la negación de los problemas sociales y ecológicos de fondo. Toda una gran irresponsabilidad institucionalizada.
Las guerras climáticas están en marcha, y de seguir con el mismo rumbo que llevamos las guerras que vendrán encenderán más la mecha del nacionalismo xenófobo, los agravios comparativos fraticidas de unos contra otros, y aumentarán las luchas encarnizadas para el abastecimiento de recursos naturales cada vez más escasos y degradados. La desestabilización climática que se avecina, lejos de ser un hecho para ser tratado en un apartado sectorial y aislado, como por ejemplo lo hace el reduccionismo de la óptica técnica que solo habla de emisiones de CO2 y de eficiencia energética, ya nos está
complicando profundamente las relaciones humanas en nuestras sociedades, y solo acaba de empezar.
La terrible guerra civil en Siria fue precedida por una histórica sequía que duró más de 10 años y arruinó a más de un millón de agricultores, causó grandes migraciones interiores y agudizó las críticas al régimen de Assad como aumentó las tensiones inter-étnicas e inter-religiosas. Aunque los analistas políticos suelen ignorar nuestra inevitable condición de dependencia de un mundo físico y biológico finito que decae a marchas forzadas, lo cierto
es que la batalla por el agua en un Oriente Próximo con unas temperaturas cada vez más inclementes y con acceso y reparto muy injusto, ha sido uno disparadores sociales que ha encendido la guerra civil en Siria.
En muchos otros países del Mediterráneo y de Africa se retroalimentan los horrores ambientales: las sequías, el avance del desierto, la carencia de agua potable y de combustible, el esquilmamiento de las proteínas
pesqueras, la grave crisis de la agricultura de subsistencia a pequeña escala, la endémica superpoblación en relación con la capacidad de carga ecológica local, la corrupción, la violencia, la aguda polarización y desigualdad y los conflictos étnicos y religiosos. El cambio climático y el rápido deterioro ambiental significan acelerar y radicalizar todos y cada uno de los problemas existentes que amenazan el sustento y la habitabilidad humana.

El sociólogo alemán Harald Welzer en su libro “Guerras Climáticas” nos anuncia un escenario tenebroso para el futuro europeo. Millones de personas desesperadas tratarán de alcanzar “la tierra prometida” de nuestras costas, huyendo de sequías, hambrunas, guerras por el control de recursos ambientales, grandes desastres naturales y una miseria multiplicada por el terrible cóctel de la superpoblación, el malgobierno y la creciente insostenibilidad de los ecosistemas que son soporte imprescindible de las sociedades.(…)Existen conflictos concretos que devienen violentos y que presentan una tendencia acumulativa porque se producen en sociedades fallidas, carentes de estructuras y en las que existen actores interesados en ampliar la conflictividad”.  

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