SI
TODO ESTÁ CAMBIANDO AL FIRMAR EL ACUERDO 5+1
CON
IRÁN, NO ES SOLO POR VOLUNTAD DEL GUÍA DE LA
REVOLUCIÓN
ISLÁMICA NI DE VLADIMIR PUTIN. SINO
PORQUE ESTÁN COORDINANDO CON LA CASA BLANCA.
Escribe
THIERRY MEYSSAN (*)
Fuente RED VOLTAIRE-
DAMASCO (SIRIA)
http://www.voltairenet.org/ ΕΛΛΗΝΙΚΆ
ENGLISH FRANÇAIS فارسى
ITALIANO
NEDERLANDS РУССКИЙ -
29 DE SEPTIEMBRE DE 2015
(*) THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia)
es un periodista y activista político francés, autor de investigaciones sobre
la extrema derecha así como sobre la Iglesia Católica, entre otras. Escritor y
analista internacional. Tiene reconocida su especialización en temáticas de
geopolítica. Presidente fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis
for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe,
latinoamericana y rusa. Es analista y consultante de varios gobiernos.
Conferencista internacional en análisis
geopolítico.
Los halcones libérales y los neoconservadores
no han logrado provocar el enfrentamiento con Rusia, conflicto para el cual se
entrenaron en tiempos de la guerra fría. Prevaleció la voz de la razón.
Mientras se negocia discretamente una salida para la crisis ucraniana, Rusia y
China se disponen a convencer a Estados Unidos y sus aliados de que deben
participar en una alianza global contra el terrorismo islámico. Después de 5
años de tensión, la «primavera árabe»
está fracasando. Se ha salvado la paz.
Según Hassan al-Banna, el mundo moderno y la
decadencia occidental
han venido corrompiendo el mundo musulmán desde la caída
del califato otomano –en 1923. Para volver a la “Edad de Oro”, Hassan al-Banna
creó una sociedad secreta: la Hermandad Musulmana. (…..) Después manipular las
multitudes durante un año, la Hermandad Musulmana acaba siendo derrotada en
todas partes. (….) En sólo una semana todos los dirigentes occidentales han
renunciado, uno tras otro, al objetivo que persiguieron colectivamente desde
hace cerca de 5 años: el
derrocamiento de la República Árabe Siria y de su
presidente, Bachar al-Assad.
Hay que reconocer que si todo está cambiando
desde la firma del acuerdo 5+1 con Irán, no es solamente por voluntad del Guía
de la Revolución islámica iraní ni del presidente ruso Vladimir Putin. Es
también porque las voluntades de estos últimos se están
coordinando con la de
la Casa Blanca. Durante el primer semestre de 2012, Estados Unidos y Rusia
pudieron comprobar el fracaso del proyecto de toma del poder por la Hermandad
Musulmana –la «primavera árabe»– y concibieron una nueva distribución del
«Medio Oriente ampliado», distribución que empezaron a concretar con la
conferencia de Ginebra. Pero el presidente estadounidense Obama fue incapaz de
concretar lo que había prometido.
Hassan al-Banna |
Una semana después de la conferencia de
Ginebra. (…..)Posteriormente, Kofi Annan dimitía ruidosamente de sus funciones
como mediador mientras que Francia, Qatar, Jordania e Israel desataban la
operación «Volcán de Damasco» y asesinaban en un atentado a los jefes del Consejo
Nacional de Seguridad sirio. Pronto pudo verse claramente que la secretaria de
Estado Hillary Clinton, el director de la CIA David Petraeus y el nuevo
director de Asuntos Políticos de la ONU Jeffrey
Feltman –todos estadounidenses–
habían estado manejando los hilos desde el primer momento.
Hubo que esperar hasta el fin de la campaña
electoral estadounidense y la reelección de Barack Obama para que este último
lograra detener –en el sentido policial de ese término– al general Petraeus y
deshacerse de Hillary Clinton. (…….) Normalmente, Estados Unidos prepara sus
operaciones secretas durante años y las inicia sólo
en el momento en que le
parecen políticamente oportunas. Pero esta vez alguien dio la orden de inicio
sin avisar al Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
El resultado fue una crisis sin precedentes:
la proclamación de independencia de Crimea –que se negaba a aceptar el golpe de
Estado de Kiev–, la posterior reincorporación de Crimea a la Federación Rusa,
la rebelión de Donbass y de Lugansk, las sanciones occidentales contra Moscú y
las
contrasanciones rusas en respuesta a los países occidentales. Todo lo
anterior se tradujo en la interrupción de todas las relaciones entre el oeste y
el este. Extrañamente, el presidente Obama parecía estar aceptando que sus
«halcones» le impusiesen una política que él no había escogido.
Pero el presidente estadounidense proseguía
en secreto las negociaciones que había iniciado con Irán, negociaciones que él
mismo había iniciado al comenzar su segundo
mandato. Finalmente, debido a los
numerosos retrasos y dilaciones, hubo que esperar hasta julio de 2015 para
lograr un acuerdo. (…..) Desde aquel momento hemos sido testigos de un
descongelamiento entre Washington y Moscú, de una solución de la crisis
ucraniana –los acuerdos de Minsk II comienzan a aplicarse mientras que Rusia
firma, el 26 de septiembre, un acuerdo de venta de gas a Ucrania– y de un
brusco cambio político en el Medio Oriente. De hecho, volvemos a vernos así en
la misma posición en la que nos encontrábamos el 30 de junio de 2012, en el
momento del Comunicado de Ginebra. (Sintesis)
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