Escribe JORGE ANICETO MOLINARI (*) sipagola@adinet.com.uy
26 de abril, 2011
(*) JORGE ANICETO MOLINARI: Militante sindical y político desde épocas estudiantiles (en Paysandú) Dirigente y militante gremial en AEBU, CNT. Participó en la fundación del Frente Amplio. Actual miembro titular en el Consejo Honorario de Caja Bancaria (por Jubilados y Pensionistas) Consecuente estudioso del camino que abriera Carlos Marx y empecinado en creer que un mundo mejor es posible. Partidario de la moneda unica universal y del impuesto a las transacciones financieras, militante de ATTAC.-
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Allá a inicios de 1973, la crisis institucional se acentuaba, nosotros teníamos una visión equivocada sobre las fuerzas armadas. Valorábamos erróneamente el peso en su seno de las corrientes llamadas peruanistas, no veíamos la preparación que los servicios de inteligencia en particular de EE.UU. venían haciendo a través de una pinza que les venía funcionando ajustadamente. Por un lado alentado a la guerrilla solapadamente para destruir el movimiento de masas, por otro preparando toda su batería, de torturas, desapariciones, vejámenes para destruir el sustento moral de quienes iban a ejercer la depuración del Instituto militar para hacerlo sumiso a sus intereses.
Fueron tiempo difíciles, en que fue asesinado, destrozado, talvez lo mejor de nuestra juventud, como ocurrió en otros países de nuestra América en el marco de lo que se llamó el plan cóndor.
Fue un duro aprendizaje, como alguna vez lo manifestara el Presidente Mujica.- Nosotros no supimos apreciar las enseñanzas de don Carlos Quijano que desde el semanario Marcha, que sin dejar de señalar la existencia de corrientes progresistas en las fuerzas armadas, indicaba que a la larga la balanza se iba a inclinar a favor de quienes actuaban según los planes de las fuerzas imperiales. El Dr. Vasconcellos desde otro ángulo también llegaba a las mismas conclusiones en su libro “Febrero amargo”.-
La vida continuaba, las luchas se renovaron, las fuerzas que organizaron y estructuraron el golpe de estado no podían continuar apostando a una política de guerra, necesitaban reinstrumentar formas de funcionamiento político. Las fuerzas armadas daban claras señales de descomposición, como lo fue en la dictadura argentina la ocupación de las islas Malvinas para tratar de salvar el régimen.- En Chile habían trasvasado todos los límites con asesinatos en el propio seno de los EE.UU. quienes terminaron entregando a Pinochet para que los británicos ajustaran cuentas con él.-
Aquí en Uruguay el movimiento de masas retomaba sus tradiciones y comenzaba a gestar una nueva época.
La vida se encargó además de que quienes habían apostado a la lucha guerrillera, en detrimento de la lucha de masas, ahora eran empujados socialmente a asumir un papel de conducción de miles de ciudadanos que se volcaban a la acción política de masas.-
La crisis del socialismo real había hecho mella en un Partido Comunista que no supo o que no pudo capitalizar el apoyo popular, comenzaba lo que hoy abarca a toda la izquierda: la crisis programática.
Creo que pocas fuerzas políticas han acertado y errado tanto a la vez como nuestro Frente Amplio. No hay capacidad de conducción colectiva, y una prueba de ello es como se ha trabajado el tema de los derechos humanos.-
Las principales resoluciones políticas del Frente han sido tomadas fuera de su orgánica, muchas tienen que ver con un funcionamiento político que se realiza en instituciones como la masonería, que tienen un peso estructurado de gran importancia. Como lo ha sido el Opus Dei en los otros gobiernos.-
Hoy la base del gobierno es el equipo de Danilo Astori, lo que no está mal, pero también su tiempo político se agota. Existe una política técnicamente clara para abordar este momento, el problema es que esto tiene límites, y para seguir avanzando se necesita un programa que hoy la izquierda no tiene.
Ha culminado con éxito para el gobierno una interpelación a los Ministros de Defensa Nacional e Interior.- La oposición ha hecho el ridículo, y facilitado así la aprobación de la ley que da un golpe fundamental a la impunidad.
Se ha vuelto a hablar del febrero amargo, agitando las sábanas de los fantasmas de entonces. ¿Cuál es la diferencia? De que hoy la derecha internacional más belicista que nunca, tiene una crisis global en la cual no puede resolver a su favor prácticamente nada. Sin ese apoyo los sectores fascistas dentro y fuera de las fuerzas armadas son incapaces de ningún proyecto. Eso no quiere decir que no existan y de que no proyecten. El golpe de estado en Uruguay en 1973, fue preparado, organizado y estructurado en la embajada de EE.UU.- Es esta una materia pendiente en la izquierda que nunca ha pedido cuentas sobre estos hechos e incluso el resarcimiento en lo económico que bien correspondería.-
Jorge Aniceto Molinari
26 de abril de 2011.-
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