EL DESEMPLEO ATERRA
Escribe
ERNESTO
MONTERO ACUÑA (*)
PRENSA LATINA
26/6/2011
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(*)Ernesto Montero Acuña Periodista cubano. Es jefe de la redacción Internacional del periódico Trabajadores. Licenciado en Periodismo y graduado en estudios sobre Ciencias Sociales. Integra el equipo de Redacción Global de PRENSA LATINA. Colabora en medios del continente y EE UU.
.Si algo está claro es que el desempleo no disminuye ni mejora, a pesar de que frecuentemente se pronostican avances, aunque siempre leves. En la Unión Europea (UE) las estadísticas apuntan en sentido contrario, algo que analistas califican como la confrontación de las grandes transnacionales con los trabajadores y con las pequeñas y medianas empresas. Ejemplos evidentes en la UE son la zona del euro y España y Grecia, por este orden, una gradación que incluye a otros países del Viejo Continente, como Irlanda, Portugal y varios más.
Desde abril de 2010, el Fondo Monetario Internacional (FMI)pronosticó que la desocupación en las naciones desarrolladas rondaría el nueve por ciento, un promedio válido también este año, y que entonces calificó como elevado. Si bien en Estados Unidos ronda el mismo porcentaje, existen diferencias en relación con la UE, a la cual pertenecen los países más afectados. En su estimado, el FMI incluyó la aseveración de que el desempleo continuará subiendo, incluso cuando el número de trabajos comience a crecer, "debido a la expansión de la población activa".
Seguidores del tema consideran que esto representa más trabajadores sobrantes, por incapacidad de oferta para los arribantes a la necesidad de laborar y por merma de las fuentes de ocupación, a la vez que se reducen salarios y prestaciones sociales. En sentido contrario, se elevan los impuestos. Un reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), del 25 de enero pasado, refleja que el desempleo mundial bajará en el 2011 al 6,1 por ciento, a solo una décima del registrado en el 2010 y equivalente a más de 203 millones de personas sin trabajo.
Además del exiguo incremento, la organización advierte que persisten elevado desempleo y creciente desaliento en los países desarrollados, mientras que en las economías emergentes y en desarrollo se registran "niveles altos de empleo vulnerable y pobreza laboral". En esto último, Latinoamérica no es la excepción, debido a su prolongada condición de región más desigual del mundo y como efecto de la crisis económica de países desarrollados, aunque presenta mejorías generales en varios estados luego de que abandonaran el calificado como capitalismo salvaje.
Pero en el mundo económicamente más avanzado la ocupación laboral se mantiene en unos casos virtualmente estática y en otros creciente. Desde el inicio de la crisis, esto ha evolucionado de forma que en el 2010 la tasa mundial fue del 6,2 por ciento, equivalente a 205 millones de personas sin trabajo y a un incremento de 27 millones 600 mil desocupados con respecto al 2007. Muy significativo en el informe de la OIT es que el 55 por ciento del aumento en el desempleo mundial, entre 2007 y 2010, se registró en las economías desarrolladas, pertenecientes a una porción del mundo que solo representa el 15 por ciento de la fuerza de trabajo global.
Más de la mitad de la desocupación se ubica donde la masa laboral representa cerca de la séptima parte del total existente en el mundo y donde, a la vez, es la más calificada, posee la más alta productividad y alcanzaba mayores estándares históricos de vida. En resumen, en una parte del mundo se registran "niveles altos de empleo vulnerable y pobreza laboral" y en la otra un desempleo de magnitud virtualmente constante, e incluso creciente, sin salida inmediata previsible dentro de los esquemas actuales. La OIT considera que en diversas economías del mundo en desarrollo, como Brasil, Kazajstán, Sri Lanka, Tailandia y Uruguay, las tasas de desempleo disminuyeron por debajo de los niveles anteriores a la crisis.
Pero estima, por otro lado, que mundialmente mil 530 millones de personas eran clasificadas en el 2009 como trabajadores vulnerables, para una tasa del 50,1 por ciento en esta categoría, más de la mitad del total en el planeta. Los indicadores preocupantes incluyen que 78 millones de jóvenes se encontraban desempleados en el 2010 en el mundo, debido a las consecuencias de la crisis, muy por encima de los 73 millones 500 mil existentes en el 2007. Adicionalmente, los desocupados entre los jóvenes de 15 a 24 años se situaron en el 12,6 por ciento el año pasado, aun cuando había un millón 700 mil jóvenes menos que los previstos en el mercado laboral.
Los trabajadores que la OIT califica como "desalentados" no cuentan como desempleados, debido a que no buscan trabajo de forma activa, a pesar de encontrarse desocupados. El director general de la OIT, Juan Somavía, considera que "el empleo juvenil es una prioridad mundial", pero "la frágil recuperación del trabajo decente refuerza la persistente incapacidad de la economía mundial de garantizar un futuro para todos los jóvenes". Con suficiente conocimiento de causa, opina que esto debilita las familias, la cohesión social y la credibilidad de las políticas públicas.
En países europeos, sin embargo, los programas de ajuste neoliberal del FMI no permiten buenos augurios, pues en Grecia, se ha iniciado un plan llamado de austeridad para la reducción adicional de 28 mil 400 millones de euros en el gasto público, hasta el 2015, mediante medidas calificadas como de rigor. Se pronostica que estas conducirán al empeoramiento de las pensiones y a disminuciones salariales, mayor desempleo -sobre todo en la administración pública- y aumento de los impuestos en varios órdenes, incluidos gas, tabaco y permisos de circulación vehicular.
El gobierno se propone disminuir en el 2011 gastos por valor de seis mil 400 millones de euros, como resultado de las medidas enumeradas, lo que elevaría el desempleo actual más allá del 16 por ciento. Algo similar pretende el FMI en España, país con el 21 por ciento de desempleo, y al cual se insta a "hacer lo que sea necesario para alcanzar las metas" del programa de ajuste fiscal y superar la crisis financiera, mediante fórmulas que no reducirán la desocupación. Es el país peor situado en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, que agrupa a los más desarrollados, un bloque que alcanzó en febrero pasado el 8,2 por ciento de desempleo, una décima menos que el mes anterior.
Ahora se esgrime el llamado Pacto del Euro, consistente en un paquete de medidas acordadas por los 17 países de la eurozona y otros seis de la UE, según ellos con el propósito de combatir la crisis y la deuda externa. Pero fuentes de la región argumentan que, en vez de contribuir a solucionar el desempleo y la parálisis del tejido productivo, conducirá inexorablemente al mayor empobrecimiento de los ciudadanos. Para la Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Ayuda a los Ciudadanos, organización altermundista conocida como Attac, tales medidas solo están encaminadas a disminuir los salarios.
Se les rebajará directamente o reduciendo los sueldos públicos, que funcionan como referencia para los privados, en condiciones de menor capacidad de negociación de los sindicatos. Sus previsiones significan que seguirán mermando la posibilidad de consumo en las familias y el gasto del Estado, una fórmula neoliberal que se expande por Europa sin que disminuya el ya aterrador desempleo y que incluye masivas protestas. Sin rumbo positivo, lo que viene se califica como aterrador y ecaminado al fracaso.
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